Faith Eva Morris tenía su vida planeada, graduarse de la universidad, disfrutar su vida al máximo y si encontraba el amor, bienvenido sea.
¡Pero nadie le advirtió de la posibilidad de reencarnar en una novela coreana como "La emperatriz divorciada"...
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-¿Conoces la novela coreana "La emperatriz divorciada"? -preguntó Andrea mirando a su amiga.
Faith que se encontraba estudiando para un examen que tendrían la próxima semana, miro a su mejor amiga con negación que se encontraba relajada acostada en su cama mirando su celular.
-¿Qué si lo conozco? -insinuó ella arqueando una ceja-. ¡Amo esa novela y ya hicieron un comic de la historia! La trama es muy buena, los protagonistas son un amor, el soquete es un idiota y la rata inmunda tuvo su merecido. -Busco rápidamente en su escritorio donde había varios libros de medicina, la novela que había leído tantas veces y se lo lanzó a Andrea aterrizando en la cama.
-¡Cállate! Aun no empecé a leerla. -Andrea puso sus manos en sus oídos mientras veía con interés el libro que se encontraba en la cama-. Pregunte si conocías la historia, no que me la contaras. ¿Y quién es la rata?
-Es la villana, la vas a odiar desde el comienzo y luego entenderás porqué la llamo rata -explicó Faith mientras volvía a leer sus libros y apuntes de la universidad-. ¡Muerte a la rata inmunda!
En ese momento, la puerta de la habitación de Faith se abrió y se mostró a dos mellizos de unos siete años entrar corriendo.
-¡Muerte a la rata inmunda! -dijeron los mellizos corriendo por toda la habitación.
-¡Shh! -intento Faith de callarlos-. Ethan, Nathan, cállense -miro a sus hermanos menores mientras que su mejor amiga reía divertida.
-¡Faith Eva Morris! ¡Te dije que no hablaras así en frente de tus hermanos! -regaño la madre de Faith desde alguna parte de la casa.
Faith frunció el ceño cruzándose de brazos no estando contenta por ser regañada mientras sus hermanos menores causaban alboroto y desastre por doquier, para luego salir de la habitación como si nada.
-¡Entonces diles que no se inviten solos a entrar a mi habitación! -grito ella-¡Estoy intentando graduarme antes porque la medicina no es fácil y ya me estas echando de la casa!
-Veintidós años y aun vives con tus padres -bromeo Andrea mirándola con negación.
Agarro un pequeño cojín que había a su lado y lo lanzo directo al rostro de Andrea.
-¡Tu cállate que también vives con tus padres!
-Somos unas fracasadas tanto en la vida como en el amor -sollozo Andrea de forma exagerada-. ¡¿Por qué elegimos una carrera tan difícil como la medicina?!
«Y pensar que creí que era una persona normal cuando entré en la universidad.»
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