Rashta se frotaba las cienes disimuladamente mientras tomaba el té en el jardín con Sovieshu. Su cansancio mental se debía a que el Emperador intentaba convencerla de asistir a la última celebración de Año Nuevo que era un banquete especial. Y ella entendía por especial a que había un grupo selectivos de personas invitadas y que justamente Rashta no estaba incluida.
Suponía que la insistencia de Sovieshi se debía a que había estado un tanto distante con él, en el sentido que se veían mucho menos. Y eso ocurría porque Sovieshu estaba ocupado ya que obviamente era el Emperador o que en algunas ocasiones ella se escondía en el establo de los caballos pasando tiempo con Henry su niño preferido.
—Su majestad —llamó Rashta—. ¿No se meterá en problemas por llevarme al banquete? Usted dijo que las invitaciones ya habían sido enviadas y Rashta no fue invitada —mencionó de forma inocente.
—Soy el Emperador, Rashta, nadie puede cuestionarme —dijo Sovieshu.
Faith rodo los ojos ante lo dicho por el Emperador, obviamente, no quería ir porque iba a tener a Sovieshu y Heinley en la misma habitación.
—Rashta no se siente cómoda con su invitación —admitió ella—. Me preocupa que la Emperatriz se ofenda con mi presencia, después de todo es su esposa —enfatizó levemente.
Sovieshu intentó ocultar su sorpresa, últimamente cada vez que se reunía con Rashta siempre le recordaba que Navier era su esposa. En cierta forma le enternecía que aquella joven que tenía sentada en frente sintiera un gran respeto por la Emperatriz hasta el punto de no querer faltarle el respeto. Sentía que Rashta había madurado muy drásticamente, si antes se comportaba de una forma infantil que siempre lo abrazaba y le daba cariño, ahora ella se comportaba mucho más tranquila, rehuía un poco del contacto físico y la encontraba algo tímida; pero que sorprendentemente podía hablar con más seriedad con ella.
—¿Te preocupa la Emperatriz? —Sovieshu sonrió amablemente.
Faith se le quedo viendo por unos segundos, por más que pensara que Sovieshu era un idiota tenía que admitir que esa sonrisa era genuina y muy linda.
«Si no supiera de todos sus errores, tranquilamente caería a sus pies»
—No solo la Emperatriz, Rashta también se preocupa por el resto de los invitados.
El Emperador suspiro, podía notar que Rashta se encontraba agobiada y en los últimos días había aprendido que no le gustaba estar con muchas personas y sentía algo de pena obligarla; pero encontraba que aquella personalidad serena en Rashta le daba tranquilidad a él y quería pasar solo un rato con ella en el banquete.
—Hagamos un trato —dijo él para luego sonreír divertido viendo como rápidamente había ganado la atención de Rashta—. Si me acompañas a este banquete, luego te daré un respiro y dejare que pasees por el pueblo para que te relajes un poco. ¿Qué opinas?
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¿𝓢𝓮𝓻 𝓡𝓪𝓼𝓱𝓽𝓪? 𝓝𝓸, 𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼
FanfictionFaith Eva Morris tenía su vida planeada, graduarse de la universidad, disfrutar su vida al máximo y si encontraba el amor, bienvenido sea. ¡Pero nadie le advirtió de la posibilidad de reencarnar en una novela coreana como "La emperatriz divorciada"...