Faith Eva Morris tenía su vida planeada, graduarse de la universidad, disfrutar su vida al máximo y si encontraba el amor, bienvenido sea.
¡Pero nadie le advirtió de la posibilidad de reencarnar en una novela coreana como "La emperatriz divorciada"...
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Rashta había acompañado a Sarah y Henry a su habitación para asegurarse que este no volviera a tener un cuadro parecido en la cocina.
En ese momento recordó que antes de dejar la cocinar, Sarah les había pedido a sus compañeros de la cocina que no revelaran nada de lo que había sucedido allí temiendo que la echaran a ella y a su hijo por causar problemas.
Saliendo de sus pensamientos, miro al niño dormir pacíficamente en la cama mientras Sarah y ella se encontraban sentadas observándolo.
-Recomiendo que mañana lo revise un médico -recomendó ella-, esto solo fue para salir de un apuro en el medio de la noche.
-Lo siento -se disculpó Sarah.
La joven de cabellos plateados miro extrañada a la mujer.
-¿Por qué te disculpas? -pregunto ella confundida.
-Porque te juzgue mal.
«Cariño, juzgaste bien, lo que pasa es que yo estoy en el cuerpo de la rata». Pensó Faith divertida al saber que Sarah se disculpaba por una suposición que estaba del todo acertada.
-A Rashta no le importa.
«Ya no se ni se lo que estoy haciendo.»
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-¿Es enserio? Porque tengo que usar estos malditos zapatos... están estrangulando mis pies... extraños las zapatillas... nunca fui muy femenina que digamos y si madre me llegara a ver lloraría orgullosa... pero con estas cosas me voy a matar si intento escapar del soquete ese -mascullo Rashta mientras paseaba por el silencioso pasillo del palacio.
Había pasado tres días desde lo que había ocurrido en la cocina y por suerte, no hubo extraños rumores de como la concubina "curo" a un niño. Por lo que agradeció a Sarah internamente para que nadie lo mencionara por miedo a que la despidieran.
Luego recordó la charla que había tenido con está en la noche, Sarah era una joven que calculándole la edad a simple vista podría tener veintisiete años asumiendo que tuvo a su hijo muy joven. Está le había contado que había perdido al padre de Henry por culpa de unos bandidos cuando entraron a su casa en el medio de la noche, ella y su hijo tuvieron la suerte de escapar; pero habían quedado sin hogar. Sin embargo, Sarah tenía un conocido que era muy cercano a su familia que trabaja en el palacio y fue así como llego a trabajar allí.
