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Rashta quien se encontraba durmiendo profundamente en la habitación de Faith, comenzó a tener una pensadilla causando que diera algunos movimientos bruscos.
Una parte de la puerta de la celda se abrió. Era la pequeña puerta por donde pasaba la comida de los prisioneros. Una mano blanca apareció, tiro una pastilla y se fue.
—¡Por favor, abre la puerta! —rogo Rashta.
La persona que le entregó la pastilla, se retiró sin hacer ningún ruido.
Rashta al no escuchar a nadie del otro lado la puerta, se rindió y agarro lentamente la pastilla del suelo. Miro la pastilla fijamente, no había ningún papel que explicara lo que era, pero aun así supo inmediatamente que era veneno.
—¿Por qué me darían esto?
Miro nuevamente la pastilla, se fue rápidamente a la cama y se acurruco en las sabanas, mientras su mente divagaba. ¿Tratan de envenenarla porque fue sentenciada a prisión? ¿Esperan que me tome la pastilla? ¡No quería hacerlo! No lo haría.
Pasaron varios días, tres para ser exacto desde que recibió la pastilla. No había forma que soportara por más tiempo allí y finalmente decidió tomarse la pastilla venenosa. Esperaba que funcionara, pues ya no quería seguir con sus alucinaciones de la gente que había lastimado y de la gente que quería lastimarla, porque se multiplicaban cada vez más.
La mirada de Navier en el momento de su divorcio aparecía incesantemente ante sus ojos.
El Vizconde Lotteshu y el matrimonio Iskua que aparecían en su mente con una cuerda alrededor de su cuello, la agarraban por los tobillos para arrastrarlas con ellos.
Durante esos días, solo tenía pesadillas. En el día se dormía un poco, pero por la noche no podía dormir nada, pues siempre temblaba de miedo al ver la oscuridad. Lo que le daba más miedo era que los demás días iban a ser iguales. Por eso tomo la pastilla mientras lloraba.
«Su majestad, tengo miedo. ¿Por qué no viene y me salva?»
Rashta rodeo su cuerpo con sus brazos. El veneno rápidamente se extendió por todo su cuerpo y se desplomo en el suelo.
De repente recordó al primer bebe que sostuvo en sus brazos. La curiosidad comenzó a surgir.
«¿A qué familia pertenecía él bebe que me había dejado una herida tan profunda? ¿De quién era ese bebe? ¿Los padres que perdieron a ese bebe sufrieron tanto como yo?»
Los ojos de Rashta comenzaron a cerrarse lentamente.
«Ya no importa... pero si hay una vida después de la muerte, quiero ver a ese bebe vivo y sano»
Rashta tosió varias veces mientras la sangre salía de su boca.
—¡NOO! —Faith se despertó agitada mientras se tocaba su cara.
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¿𝓢𝓮𝓻 𝓡𝓪𝓼𝓱𝓽𝓪? 𝓝𝓸, 𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼
FanfictionFaith Eva Morris tenía su vida planeada, graduarse de la universidad, disfrutar su vida al máximo y si encontraba el amor, bienvenido sea. ¡Pero nadie le advirtió de la posibilidad de reencarnar en una novela coreana como "La emperatriz divorciada"...