Faith Eva Morris tenía su vida planeada, graduarse de la universidad, disfrutar su vida al máximo y si encontraba el amor, bienvenido sea.
¡Pero nadie le advirtió de la posibilidad de reencarnar en una novela coreana como "La emperatriz divorciada"...
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Lotteshu se encontraba arrodillado en frente del Emperador y la situación empeoraba porque al lado del Emperador se encontraba el Duque Relish. Ambos hombres lo fulminaban con la mirada y no puedo evitar apretar los dientes con irritación. Tenía que humillarse en frente de un Emperador que tenía la misma edad que su hijo.
—Explique lo sucedido en el banquete, Vizconde Lotteshu.
—Le ruego que me perdone, su majestad. La esclava que escapo de mis dominios también tenía cabellos plateados y ojos grises, asiqué la confundí con Lady Rashta —explico el Vizconde Lotteshu.
Jurian bufo cruzándose de brazos.
—Al menos sea sincero, Vizconde —dijo él—. Usted mismo dijo con mucha confianza en frente de todos que Lady Rashta es su esclava. El momento de ser sincero es ahora.
El Vizconde aun arrodillado, apretó los puños con furia.
—Siempre he tenido dificultad para reconocer rostros y eso me ha causado muchos errores como ahora —se justificó rápidamente.
—El Duque ha estado buscando a su hija todo este tiempo, Vizconde Lotteshu —informó el Emperador—. El parecido que el Duque encontró en Rashta es igual al de su difunta prometida y usted afirmo que Rashta es su esclava —dijo seriamente—. Vizconde, no nos hagamos los tontos, sabe bien que encontré a Rashta en sus tierras.
«Faith tenía razón cuando dijo que el Vizconde iba a buscar la forma de salirse con la suya». Pensó Jurian mientras miraba con molestia al Vizconde que se encontraba palido y que no sabía que decir. «Pero vamos a darle más tiempo de vida a este tipo, ya que podría revelar la existencia de Ian ahora mismo para exponerla.»
—Su majestad, las acciones del Vizconde Lotteshu ya no me importan —reveló Jurian—. Estoy dispuesto a perdonar al Vizconde por intentar de humillar a Rashta, mientras que de ahora en más tenga cuidado con sus palabras.
—Ya escucho al Duque, Vizconde Lotteshu —dijo Sovieshu—. Desde ahora tendrá mucho cuidado con lo que dice.
«Si el Emperador y el Duque Relish aprecian tanto a Rashta, aún me puedo aprovechar porque tengo "algo" que seguro ella le podría interesar». Pensó el Vizconde sonriendo maliciosamente.
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