LAS GEMAS DEL INFINITO, entidades sumamente poderosas que rigen un aspecto diferente del universo, piezas tan poderosas por su propia cuenta y tan destructivas una vez juntas.
Únicamente siendo portadas por seres superiores conocidos como los celest...
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Capítulo 5:
El nuevo mundo.
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América 1645
El fuego consumía la visión de Genevieve por completo, sus oídos escuchaban perfectamente los gritos de mujeres, las porras de hombres y niños, sentía el temor junto a la furia palpitar en su cuerpo, no podía ver nada más allá de las brasas que parecían abrazarla, consumirla, era tan real, como si en ese momento estuviera viviéndolo.
Los mataré a todos, vengaré este día, por mí y por mis hermanas, era su propia voz la cual vociferaba sobre los gritos de auxilio y los llantos de algunas personas, no grito, no dejo ver su dolor, mantuvo su mirada fija en el líder de aquella aldea, cumpliría su promesa después de renacer.
Y después de ver como sus propios ojos perdían la luz que tenían de vida, la actual Genevieve vomito todo su desayuno por la borda del barco hacia el mar, se sostenía por una de las sogas, pero sentía que estaba sin algún sostén, la embarcación se movía de ida y venida junto a las olas haciendo que un nuevo mareo viniera en ella y vomitara todo fuera de su sistema, al terminar se dejó caer al suelo del barco, siendo rápidamente atendida por dos sirvientas quienes limpiaron su frente y su pecho aperlado por el sudor.
El esfuerzo que había hecho en las arcadas la habían debilitado ligeramente, respiro levemente cuando las mujeres le dieron un poco de aire con su abanico de madera, alzo la mirada viendo al hombre que se colocaba frente a ella, Nathaniel la observo con una ceja alzada.
—¿Ya no soporta tantas aventuras, majestad?
—En vez de observarme desde ahí deberías ayudarme a levantarme —le pidió la pelinegra alzando su mano.
