LAS GEMAS DEL INFINITO, entidades sumamente poderosas que rigen un aspecto diferente del universo, piezas tan poderosas por su propia cuenta y tan destructivas una vez juntas.
Únicamente siendo portadas por seres superiores conocidos como los celest...
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Capítulo 30:
Ciudades centinelas.
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Turín, Italia.
Daphne Bianco maldecía cada vez que escuchaba la contestadora automática de la línea telefónica de Genevieve, la bruja prometió estar ahí dentro de quince minutos, si bien no habían pasado ni cinco, la italiana ya era presa del pánico por la forma exponencial en la que el caos inundo la ciudad en la que vivía desde hacía siglos.
Todo comenzó el día anterior cuando la líder del mundo sobrenatural expuso a toda la comunidad. Daphne aún no lograba creer que aquello estaba pasando, parecía un simple sueño, el cual se convirtió en pesadilla.
Inició con los saqueos de tiendas departamentales, la gente pensaba que aquello sería el fin del mundo, que los hombres lobos, vampiros y cada ser aterrador atacaría a cualquier hora del día, los humanos buscaron refugio causando pánico entre la gente.
Y la gente que no entraba en pánico.
Eran tachados como sobrenaturales, y algunos lo eran, pero otros eran sencillamente humanos valientes que no tenían nada que temer, siendo el blanco perfecto para los que tomaron su papel de mercenarios, la propia gente que quiso huir despavorida se convirtió en los captores de familias y niños.
Daphne por un momento pudo ser una víctima, pero sé salvo gracias a su magia, la noche anterior un hombre irrumpió en su hogar queriéndole dar caza el hada lo detuvo haciendo crecer enredaderas desde el piso de su hogar las cuales funcionaron como esposas.
Ahora se encontraba en el centro de la ciudad, escondida entre la gente que pedía la muerte de los sobrenaturales, la castaña sentía que había retrocedido siglos atrás al ver la horca improvisada dentro del círculo, contó hasta cinco personas sometidas en fila esperando a su fin, hombres adultos, jóvenes, niños, algunos sobrenaturales, y otros humanos inocentes, al otro lado de la estructura de madera había cuatro cadáveres.
