2- El rencuentro con viejas amigas

19 2 0
                                    

11 de julio de 1997, Isla Prima, Mar de la Región de Kanto, Japón, 11:03 A.M.

Llegamos en poco tiempo al laboratorio de la Profesora Ivy, en donde vimos como un chico que estaba llorando triste y decaído salió del laboratorio a toda prisa. Este chico era pelo oscuro y de punta, su tez era morena y sus ojos parecían estar permanentemente cerrados. Estaba usando una playera de manga corta anaranjada oscura debajo de un chaleco verde con bolsas en cada pecho, usaba un pantalón marrón con unos bolsillos marrón oscuro en cada lado, llevaba un cinturón negro con la hebilla dorada. Sus zapatillas de deporte eran de color azul con blanco al frente y atrás. Llevaba una mochila azul grande. El chico estaba tan triste que no se percató de nosotros y se fue llorando.

-¿Y a ese tipo que le pasa?- dije extrañada.

Entonces del laboratorio salieron las trillizas asistentes de la Profesora Ivy. Las niñas tenían cabello castaño, usaban lentes y camisas con motivos florales.

-¡Charity, Hope, Faith!- dije emocionada.

-¡Vaya, pero si son...!- dijo Charity.

-¡Manuela...!- dijo Hope.

-¡Y Mew!- dijo Faith.

-¡Cuánto tiempo sin verlas!- dijo Mew alegre.

-¡Igualmente! ¡Qué bueno es verlos otra vez!- dijeron las trillizas.

-Por curiosidad, ¿saben quién era el chico que salió corriendo del laboratorio?- pregunté.

-Sí, era Brock Takeshi, antiguo líder de Gimnasio de Ciudad Plateada...- dijo Charity.

-Y que su sueño es ser un gran criador Pokémon. Se quedó con la Profesora Ivy para aprender sobre la crianza Pokémon...- dijo Hope.

-Pero se fue corriendo al enterarse que la Profesora Ivy era lesbiana y no tenía oportunidad con ella- dijo Faith.

-¡SÍ!- grité de emoción.

-"¡Tengo oportunidad con la Profesora Ivy!"- pensé toda feliz e ilusionada.

-"Manuela, recuerda que eres menor de edad"- me dijo Mew telepáticamente.

Lo que me dijo Mew me bajó tan de golpe el animó que me resbalé y caí al suelo. Las trillizas me ayudaron a levantarme.

-"Gracias por los ánimos Mew"- dije fastidiada.

-"Bueno Manuela, recuerda que hay más chicas en el mundo"- me dijo Mew telepáticamente dándome ánimos.

-"¡Es cierto! Solo es cosa de buscar y encontraré a una hermosa, fuerte e inteligente mujer que será el amor de mi vida!"- pensé positivamente.

Si lo sé, es muy irónico que mi pareja actual sea un hombre.

-¡Manuelaaaaaa!- gritó una voz femenina conocida corriendo hacia mí.

Salió del laboratorio y me dio un gran abrazo. Su Minccino abrazó fuertemente a Mew. Esta chica era nadie más ni nadie menos que Aurea, quién ahora tenía nueve años, de piel clara, ojos verdes y cabello color miel con un peinado retro de los años 80's, vistiendo un suéter amarillo llevando debajo una camisa blanca y cargando una mochila. Ella también estaba usando aretes rojos rectangulares en ambas orejas.

-¡Aurea!- dije abrazándola fuertemente.

-¡Cuánto tiempo sin verte! ¡Es bueno verte otra vez!...y usando la ropa de Sabrina. Sí que te gusta la ropa de Sabrina- dijo Aurea riendo un poco.

-¡Jajaja! Lo mismo puedo decir de ti y tu estilo retro- dijo soltando unas pequeñas risillas.

-Que puedo decir, los clásicos nunca mueren- dijo Aurea.

-¡Minccino!- dijo Minccino.

-Sí, yo también te extrañe Minccino. Puedo sentir que te has vuelto más fuerte- dijo Mew.

-Así es. Cuando regresamos a Teselia Minccino, mis demás Pokémon y yo nos esforzamos para volvernos más fuertes. Tal vez no para derrotar a un líder de Gimnasio o al líder de una organización criminal internacional, pero si lo suficiente para defendernos por nuestra cuenta- dijo Aurea.

-¡Minccino!- dijo Minccino de manera asertiva.

-¿Tus demás Pokémon?- dije extrañada.

-Sí, como parte de mi trabajo es investigar, me he puesto a capturar varios Pokémon para estudiarlos y aprender de ellos, aprendiendo también varias cosas de mí. ¿Quieren conocerlos?- nos dijo Aurea con cierto tono de orgullo.

-Sí, por favor- le dije.

-Muy bien, hagamos un poco de espacio...- dijo Aurea haciéndose para atrás.

Todos nos hicimos para atrás para dejar un poco de espacio para que los Pokémon aparecieran.

-Estos no son todos mis Pokémon ya que dejé algunos en el laboratorio de mi padre, pero son los que tengo a la mano. ¡Salgan y conozcan a Manuela y Mew amigos!- dijo Aurea lanzando 5 Pokébolas al aire.

De las 5 Pokébolas aparecieron un Watchog, un Accelgor, un Gyrados, un Karrablast y una Leavanny. Yo estaba genuinamente impresionada de que en tan poco tiempo hubiera capturado a muchos Pokémon y hacer evolucionar a muchos.

-Amigos, ellos son Manuela y Mew, los amigos que encontramos en el Museo de Ciudad Plateada y con los cuales derrotamos al Equipo Rocket. Manuela, Mew, ellos son mis amigos- dijo Aurea.

Los Pokémon de Aurea nos saludaron felices.

-Mucho gusto- dije feliz.

-Un placer- dijo Mew sonriente.

-Pero que digo, tú ya los conoces Gyrados, cuando era un Magikarp- dijo Aurea.

-¡Gyrados!- dijo Gyrados alegremente.

-Espera, ¿evolucionaste a tu Magikarp?- le pregunté sorprendida.

-Sí, al inicio Gyrados estaba triste porque evolucionó y ya no podía participar en más eventos de salpicadura, pero después se recompuso al darse cuenta de todo el poder que había adquirido- dijo Aurea.

-Gyrados- dijo Gyrados afirmando con la cabeza.

-Bueno, es momento de regresar a las Pokébolas. Los sacaré cuando llegué el momento- dijo Aurea.

Aurea luego regresó a sus Pokémon a sus Pokébolas a excepción de Minccino.

-Y dime, ¿Cómo es esa Pokébola misteriosa?- pregunté picada por la curiosidad.

-Yo se las puedo mostrar- dijo una voz femenina a la puerta del laboratorio.

Volteamos y todos vimos a la Profesora Ivy en la puerta del laboratorio. La Profesora Ivy tenía piel clara con cabello morado y una mirada bastante somnolienta en sus hermosos ojos marrones. Estaba usando un traje de baño de una pieza de color azul marino, el mismo que uso la primera vez que la conocimos. Yo estaba embobada al ver su hermosura y sensualidad.

-Es un placer verla de nuevo Profesora Ivy- dijo Mew de manera cortés.

-Sí, todo un deleite...- dije toda embobada y cachonda, llena de pensamientos pervertidos mientras enfocaba mi vista en sus hermosos pechos.

-Para mí también es un gusto volverlos a ver. Estoy segura que una vez que hayamos desentrañado el misterio de la Pokébola que encontré nos la pasaremos muy bien- dijo la Profesora Ivy.

-Estoy segura de ello- dije cachonda.

-Vamos, pasen, que la misteriosa Pokébola nos espera- dijo la Profesora Ivy.

Entramos al laboratorio, en donde esperábamos que Mew pudiera desvelar el misterio de la extraña Pokébola.

El misterio de la Pokébola GSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora