Capítulo 37

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Jaden Hossler

Mi puño golpea la mesa de hierro con fuerza. Abro de nuevo la carpeta y releo por cuarta vez el informe de investigación que cerciora que el accidente fue provocado, lo que aumenta mis ganas de arrancar cabezas.

— Como ha podido usted leer, los frenos fueron manipulados, lo que causó el accidente — habla el agente de policía —. ¿Usted sabe de alguien que quiera hacerle daño a la señorita Wilson? ¿Algún enemigo?

— No — miento.

— Si se entera de cualquier cosa, por favor, no dude en contármelo — pide el agente —. Cualquier dato puede resultarnos clave para encontrar al culpable de todo esto.

— De acuerdo — vuelvo a mentir.

— Gracias por su colaboración — el agente me ofrece su mano a modo de despedida.

Me despido con un leve movimiento de cabeza y abandono la comisaría, sintiendo como la ira brota de mis poros.

El pintamonas este lo lleva claro si se cree que voy a colaborar con él, pues pienso hacer justicia por mi cuenta, sin involucrar a la policía. No hay que ser muy inteligente para saber quién o, más bien, quiénes, están detrás del accidente de Blair.

No hay duda de que Johnson y Madison han saboteado los frenos de su coche, al igual que intentaron matarla en el hospital con cianuro de potasio.

Mi mente comienza a maquinar mi venganza, pensando en cómo acabaré con esos dos hijos de puta, pues soy capaz de todo por proteger lo que es mío.

El sonido de mi móvil dispersa los pensamientos que viajan por mi mente. El número privado despierta mis alertas, así que descuelgo con rapidez.

— ¿Hablo con Jaden Hossler? — pregunta una voz masculina.

— Sí, soy yo — respondo —. ¿Quién es?

— Soy el doctor West, le llamo desde el hospital Hallshire — es el médico de Blair.

— ¿Ha ocurrido algo? ¿Blair está bien? — pregunto, temiéndome lo peor.

— Todo está en orden — suelto el aire que tenía retenido en los pulmones —. La señorita Wilson despertó.

Esas cuatro palabras provocan un cortocircuito en mi cerebro, desencadenando un mar de sensaciones que amenazan con desbordarse. Cuelgo sin responder y piso el acelerador a fondo, alcanzando los 120 kilómetros por hora en escasos segundos.

En menos de 10 minutos llego al hospital, bajo del coche y corro hacia la entrada, con unas ganas inmensas de verla.

Subo a la quinta planta y corro hacia la habitación de Blair, la cual está abierta. Lo primero en lo que se fijan mis ojos es en la imponente mujer que, a pesar de estar postrada en una cama de hospital, sigue viéndose como una maldita diosa. Sus ojos están abiertos y sonríe débilmente cuando me ve, lo que calienta poco a poco mi corazón.

Camino hacia ella, sentándome a su lado. Tomo su mano y la aprieto, sin ejercer demasiada presión.

— Jaden — un susurro sale de sus labios.

— Hola nena — sonrío —. ¿Cómo te encuentras?

— Me duele todo el cuerpo — suelta un pequeño quejido —. Pero me siento mejor ahora que te tengo aquí a mi lado.


Blair

Su sonrisa se ensancha, mostrándome los dientes. El celeste de sus ojos brilla más que nunca, recordándome al color de las aguas cristalinas del mar en calma. Sé que ha venido a visitarme todos los días, sentándose a mi lado y tomando mi mano como lo está haciendo justo ahora.

TWIST OF FATE (jaden hossler)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora