Capítulo 11

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Jaden Hossler

Milímetros de distancia separan nuestros labios. Me tienta, me tienta demasiado y por más que lo he intentado, no puedo aguantarlo más. Necesito besarla o explotaré. Veo como se muerde el labio inferior y pone su mano en mi pecho.

- No puedo – dice mientras baja la mirada.

- ¿Por qué? – pregunto -. ¿Me vas a negar que no te mueres por besarme tanto como yo me muero por besarte a ti?

Veo como sus mejillas empiezan a teñirse de un leve color rojo y se muerde de nuevo el labio.

- Maldita sea Blair deja de morderte el labio – digo mientras bajo la mirada.

- Sí – dice de repente.

- ¿Qué? – pregunto extrañado.

- Que sí, que me muero por besarte – confiesa -. Pero no puedo hacerlo, no puedo hacerle esto a Griffin.

Resoplo, pero en verdad la entiendo.

- Lo sé, y lo siento – digo mientras acaricio su mejilla.

Ella me mira y me sonríe, con las mejillas todavía algo sonrojadas. No puedo evitar devolverle la sonrisa, es tan jodidamente preciosa.

- ¿Puedo hacerte una pregunta? – le digo.

- Claro – responde.

- ¿Eres feliz? – pregunto.

Veo como mi pregunta le pilla por sorpresa, ya que frunce un poco el ceño, como si estuviese buscando las palabras exactas para contestar.

- ¿En qué sentido? – me pregunta con curiosidad.

- Pues en general – respondo.

- Creo que la felicidad es algo ambiguo, es decir, no todos tenemos el mismo concepto de felicidad – comienza a decir -. Ahora mismo, considero que no soy feliz al 100%. Quiero decir, tengo muchas cosas buenas en mi vida, como mis amigas y mi familia, pero creo que hay algo que me falta.

Noto como su rostro se va volviendo triste, a la vez que melancólico. No hay que ser un genio para saber que se refiere a Griffin.

- ¿Hablas de Griffin verdad? – pregunto.

- Sí... - responde -. A veces siento como que ha dejado de quererme, como que no le importo.

Baja la cabeza, como ocultando unas tímidas lágrimas que están a punto de salir. Sinceramente, Griffin es el tío más idiota del mundo.

- Mira, se que es mi jefe, pero te voy a decir lo que pienso – ella levanta la cabeza y me escucha con atención -. No sé como va todo esto del enamoramiento, porque jamás me he enamorado, pero tu marido es un imbécil por no valorar lo que tiene a su lado.

- ¿Tú crees? – me pregunta con los ojos algo humedecidos.

- Absolutamente – afirmo.

- Ojalá él pensase como tú, Jaden – me dice con una leve sonrisa.

Nos quedamos mirándonos fijamente, volviendo a acercarnos de nuevo. Dudo poder contenerme esta vez, así que no me detiene ahora, no dudaré en lanzarme a esos rosados labios.

- Jaden – dice casi en un suspiro a milímetros de mis labios.

- ¿Qué? – pregunto con los ojos fijos en sus labios.

- Bésame – me pide en un susurro.

No me hace falta escuchar más para lanzarme a sus labios. Como me imaginaba, besa increíblemente bien. Sus labios y los míos se amoldan perfectamente, y creo estar tocando el putísimo cielo. El calor empieza a recorrer mi cuerpo cuando noto su lengua en mi boca, poniéndome a mil. Necesito tocarla o definitivamente, explotaré.

Sin dejar de besarla, hago que rodee mi cuerpo con sus piernas, agarrándose fuerte a mí. No me quedo atrás y pongo una mano en su redondo culo, mientras mi otra mano aprieta con suavidad su cuello, intentando no ser demasiado brusco. 

Bajo mis besos a su cuello, dando pequeños mordiscos, recibiendo un gemido de su parte. Ella, mientras tanto, mantiene sus manos en mi pecho y en mi abdomen, dándome leves caricias. Después de varios minutos, y, aunque no queremos, nos acabamos separando para poder tomar algo de aire.

Sonrío pícaramente cuando veo que sus labios están rojos e hinchados, y sus mejillas sonrojadas. Espero que no se arrepienta de lo que acaba de ocurrir.


Blair

Dios mío, ¿qué he hecho? Acabo de besarme con Jaden, mi guardaespaldas, y juro que es el mejor beso que me han dado en mi vida. 

¡MIERDA GRIFFIN! ¡Acabo de ponerle los cuernos con el hombre que ha contratado para que me proteja! Mi respiración se vuelve algo irregular, llamando la atención de Jaden.

- ¿Estás bien? – me pregunta con preocupación.

- No lo estoy Jaden – respondo.

- ¿Por qué? – pregunta.

- ¿Es en serio Jaden? – le pregunto mirándole a los ojos -. ¡Acabo de ponerle los cuernos a Griffin!

- Lo sé, ¿y? – responde con indiferencia.

- ¿No te importa nada? – pregunto algo alterada.

- No me importa una mierda Griffin, la verdad – dice restándole importancia -. Llevaba mucho tiempo queriendo hacerlo.

- Joder, joder y joder – digo mientras me echo las manos a la cabeza.

- ¿Te arrepientes? – me pregunta.

¿Me arrepiento? La verdad es que no. Yo también me moría por besarle, aunque me gustaría sentirme mal y culpable por ello.

- Me gustaría sentirme arrepentida por haberle puesto los cuernos a Griffin, pero la verdad es que me moría por besarte – confieso.

Su traviesa risa me avisa de lo que va a suceder a continuación. Y sí, me vuelve a besar, poniendo de nuevo una de sus manos en mi culo, dándole un leve apretón. 

Muerdo su labio, provocando que un suave gemido salga de sus labios. Necesito parar o acabaremos debajo de las sábanas de mi cama. 

Siento como una de sus manos baja por mi abdomen, acercándose peligrosamente a la parte de abajo de mi bikini. Sin dejarle hacer el siguiente movimiento, agarro su muñeca y niego con la cabeza.

- Jaden no puedo – digo con cierta pena en mi voz.


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¡HOLA A TODOS! ¡En primer lugar quería pediros perdón por haber estado mucho tiempo sin actualizar! He estado súper mega ocupada y no he tenido tiempo. ¡También quería daros las gracias ya que he visto que la historia tiene más de 100 leídos! ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS A TODOS POR LEER! 

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