TWIST OF FATE (jaden hossler)

Capítulo 10

Jaden Hossler

Es una maldita diosa. Tiene la capacidad de ponerme a mil con una simple mirada y me cuesta controlarme cuando estoy cerca de ella, y más aún cuando hace escasos minutos me estaba ofreciendo una increíble vista de su perfecto culo.

Aprovecho que se está duchando para salir de la habitación y llamar a Noah. Al segundo toque, contesta.

- Hola Jaden, ¿todo bien? – me pregunta.

- Sí, aunque de momento no he descubierto nada – le digo -. Griffin no se ha pasado por aquí desde que me presentó a su esposa.

- ¿Está buena? – pregunta.

- Decir que está buena es quedarse corto – le digo mientras rio.

- Bueno, creo que es hora de que empieces a buscar información – me dice.

- ¿Qué quieres que busque? – pregunto bajando las escaleras.

- Intenta buscar información acerca de sus proveedores, necesito saberlo todo si quiero destruir a esa rata – dice.

- De acuerdo, buscaré en su despacho, supongo que ahí habrá mucha información – digo -. Aunque tengo que tener cuidado con Blair, si me pilla estamos jodidos.

- Confío en ti Jaden, no me falles – me dice.

- No pienso hacerlo, tienes mi palabra – le aseguro.

- Cualquier cosa que descubras, no dudes en llamarme o en ponerme un mensaje – dice.

- De acuerdo, adiós Noah, saluda a los idiotas de mi parte – digo mientras rio.

- Lo haré, adiós Hossler – se despide Noah.

Decido preparar el desayuno mientras espero a que Blair salga de la ducha, y aprovecho para idear mi plan. Decido esperar a que sea de noche y Blair esté dormida para poder entrar en el despacho de Griffin.

Escucho pasos en la escalera y sé a quién pertenecen.

- Podría acostumbrarme a verte cocinando todos los días – dice mientras se sacude el pelo mojado.

Está preciosa, como siempre. Lleva una de mis sudaderas, unos vaqueros que se ajustan perfectamente a sus curvas y unas Converse blancas.

- ¿Me has robado una sudadera? – digo mientras levanto una ceja.

- Em, puede ser – dice encogiéndose de hombros -. Pero me queda mejor a mí.

- No te lo niego nena – digo guiñándole un ojo.

Veo como un leve tono rojizo tiñe sus mejillas, agachando la cabeza para que no me dé cuenta, pero la he pillado.

- ¿Qué estás cocinando? – dice cambiando de tema.

- He preparado tortitas y café para desayunar – respondo mientras preparo dos platos.

- Huele de maravilla – dice relamiéndose los labios.

Me quedo literalmente embobado cuando la veo relamerse los labios. Ahora los tiene brillantes, lo que los hace el doble de provocativos. Intento dispersar todos los pensamientos que están rondando por mi cabeza y comienzo a servir el café y las tortitas.

Veo que corta un trozo y se lo lleva a la boca, pero antes de comérselo, se detiene. Coge su móvil y noto como teclea algo.

- ¿Qué pasa? – le pregunto.

- Estaba marcando el número de urgencias, por si acaso – dice mientras pone su móvil encima de la mesa.

Miro la pantalla y, efectivamente, estaba el número de emergencias marcado.