Capitulo 46
Alessa...
Salte en mi lugar sobresaltada gracias al molesto sonido de la campana, indicando que había terminado la hora y era tiempo para el almuerzo.
Suspire aliviada, el embarazo me hacia tener mucha hambre y gracias a mis clases en la mañana, mi desayuno no era lo suficiente para satisfacer ni a mis bebes, ni a mi, ya que solamente me daba tiempo para tomar un café y un pan dulce.
Me levante de mi lugar y luego de guardar todas mis cosas en mi mochila salí de aula en busca de mas alimento.
Ya había pasado una semana desde que había ido con el doctor para saber el sexo de mis bebes, una semana en el que Nathan sabia mi secreto y yo el suyo.
Me había buscado un par de veces para platicar sobre el asunto, sin embargo nunca tuvimos oportunidad de hacerlo, ya que si no estaba con Alexander, estaba con Oliver, o estaba entrenando para un partido que seria esta noche.
Camine por todo el campus hasta llegar a la cafetería más cercana y sin esperar mas, me senté en el primer lugar que encontré. El embarazo también hacia que me cansara mas rápido de lo que normalmente lo hacia.
Solté todo el aire que había en mis pulmones en cuanto mis pompas tocaron el asiento y mi espalda el respaldo de la silla.
Me acomode bien, y comencé a buscar a alguien que me pudiera atender, sin embargo no encontré a nadie.
Respire desesperada y me levante dispuesta a irme, sin embargo en cuanto me levante choque contra alguien haciendo que perdiera el equilibrio e inconscientemente abrazara mi vientre intentando protegerlo.
Trastabille dos pasos para atrás y logre mantener mi equilibrio evitando que me cayera.
_Dios, perdón less, ¿estas bien?.-
Levante la mirada y sonreí tranquila.
_No te preocupes Nathan, estoy bien.-
El sonrío aliviado y me tomo la mano.
_Que bueno que te encuentro- se acerco a mi oido- necesitamos hablar.- susurro
Me separe algunos centímetros de el y asentí mirándolo a los ojos.
_Perfecto, solo déjame que le diga a los chicos que voy a hablar...- intento decir pero no lo deje terminar
_¡No!, no les digas que vas a hablar conmigo
_No, tranquila, no les iba a decir eso, les iba a decir que iba a hablar con una amiga, pero no te iba a mencionar
_Okay.- dije insegura
El me sonrío y se alejo de mi desapareciendo de mi vista. Volví a sentarme y respire hondo. Me ponía nerviosa saber que Oliver estaba a unos cuantos pasos de mi. Estaba tan cerca, pero a la misma vez, tan lejos.
Dirigí mi mirada a mi estomago el cual se encontraba un poquito mas abultado que la semana pasada y lo acaricie con amor.
Me sente y espere a Nathan.
Al cabo de unos segundos el regreso con sus cosas y me ayudo a pararme del asiento.
_Pense que es mejor que nos vayamos, aquí hay muchas personas.- dijo al notar mi confusión.
Asentí de acuerdo y salimos del local
Caminamos hacia el parque y nos sentamos en unas mesas que se encontraban ahí.
Nos sentamos y el saco dos hamburguesas de su mochila.
_Pense que tendrías hambre, así que me tome la libertad de robarle la hamburguesa a Zack y dártela a ti.- dijo sonriendo mientras me ofreciera la hamburguesa.
Rei y la tome agradecida.
_Muchas gracias.-
_No hay de que, mis sobrinos tienen que estar fuertes y saludables.
Sonreí con tristeza y mordi la hamburguesa, intentando que así, el nudo que se formo en mi garganta se deshiciera.
Nos quedamos unos segundos en silencio hasta que el se aclaro la garganta y hablo.
_Bueno, entonces quien empieza...
Me encogí de hombros, haciéndole saber que no me importaba quien empezara,a si que el comenzó a hablar.
_Bueno, yo me di cuenta que era gay en mi adolescencia...
Comenzó a contarme toda su historia, desde que empezó a sospecharlo gracias a que cuando tenía sexo con su novia ya no le excitaba, hasta que un día en una noche de borrachera y fiesta sin querer, se beso con un hombre. Y desde ahí lo supo.
Luego siguió contándome hasta como conocido a Alexander, como se le declaro, y como lo lleva ocultado por tantos años, ya que llevan saliendo dos años.
_Y bueno, esa es mi historia, ahora tu cuéntame la tuya, ya que Oliver no nos quiso contar nada.
Respire hondo y comencé a contarle todo lo que paso entre Oliver y yo. El solo me veía y escuchaba, pero nunca comento nada, lo cual se lo agradecí ya que necesitaba en estos momentos que alguien me escuchara, no que me diera consejos, o que me dijeran que todo iba a estar bien.
Al terminar de hablar, sentí como el agua salada entraba a mi boca, haciéndome dar cuenta que estaba llorando, no supe en que momento estas habían salido de mis ojos, sin embargo, no hice el intento de retenerlas. Necesitaba sacar todo este dolor y ahorita era el momento para hacerlo.
Respire hondo sintiendo como mi respiración entrecortada y con las mangas de mi suéter quite las lagrimas que se escurrían por mi cuello y mis mejillas.
Me sentia sola, sin amor ni compañía, tenia miedo, mucho miedo.
Nathan hizo que me levantara y me abrazo como un hermano abraza a su hermana menor, intentandola proteger y hacerla sentir bien.
Luego de unos segundos abrazados me separe de el y le sonreí con cariño, sin embargo mi sonrisa se esfumo al ver a lo lejos a Oliver quien nos fulminaba con la mirada y los puños apretados.
Mi corazón se encogió y quise hacerme un ovillo, pero mi cuerpo se paralizo al sentir como alguien pasaba a mi lado cantando una canción de cuna y se acercaba a Oliver.
Mi corazón se detuvo y por un momento me sentí desmayar, pero el color volvió a mi al ver que Trent nunca llego a Oliver, si no que se desvió hasta alejarse de el y de nosotros.
Me miro raro y volteo a ver atras de el.
_Mierda, ahora pensara algo que no es. - dijo al ver a un Oliver muy enojado.
Volteo a verme y me comenzó a hablar, sin embargo yo ya no lo podía escuchar.
Trent sabia que estaba embarazada, y estoy segura que lo usara en mi contra o en la de Oliver. Me abrace el vientre inconcientemente y rompí en llanto, ya no aguanto más.
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Amor en el silencio © Regresa a Wattpad
Ficção AdolescenteSEGUNDA TEMPORADA "OLIVER" ( puedes leer sin haber leído Oliver) solamente lo recomiendo, ya que pueden haber momentos que no se entienda muy bien, por falta de información, la cual se encuentra en la primera historia Dicen que las palabras son el...