Cada uno de ellos cuatro tiene ocultos cinco secretos que no quieren que nadie sepa.
¿Confiarías en alguien lo suficiente como para contarle las cinco cosas más duras que has vivido y te siguen día a día?
[Los fanarts utilizados en este libro no me...
Triger Warning:Esta historia contiene en su trama principal y/o tramas secundarias descripciones explícitas de bullying, abuso sexual, trastornos alimenticios, trastornos mentales, suicidio, autolesión, psicosis, relaciones abusivas, acoso, aborto, violencia doméstica, pedofilia y crímenes de odio. Serecomienda no leer si se es sensible a estos temas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Ah, ah, ah —cada jadeo perfecto llenaba el silencio de la habitación, combinándose con el golpeteo de piel contra piel.
No había amanecido hace mucho, ni siquiera se había despertado hace mucho, apenas las aves empezaban a despertar y dejarse oír una vez saliera el sol, aún así ella ya estaba teniendo sexo.
Armin acariciaba sus muslos mientras dejaba sus piernas al aire, hundiéndose en ella una y otra vez, mientras esta se aferraba a él con sus brazos, abriendo su boca para dejar escapar gemidos y jadeos constantes.
No podía decir que era sexo intenso de cualquier ocasión pero definitivamente no era un tranquilo sexo mañanero, aún había demasiada pasión entre ellos como para decirle así.
Las embestidas contra su punto dulce estaban nublándole la vista y haciéndole perder la razón poco a poco.
—¡Armin, ahh! —gime, presionando sus uñas contra sus bíceps.
—Ah —él suelta un gemido bajo, algo ronco, probablemente a causa de que ni siquiera habían hablado mucho que digamos luego de despertar y antes de comenzar con todo esto.
Se sentía demasiado bien, era delicioso, ni siquiera podía pensar en abandonar esto por ir a su universidad, excepto que debían hacerlo.
Aunque, bueno, si tenía que hacerlo. ¿Qué mejor forma de empezar el día que con un orgasmo así?
Armin se corrió casi al mismo tiempo que ella, derrumbándose a su lado y quitándose el condón mientras intenta recuperar el aliento.
Más tarde su novio la besa, ella responde de igual forma, dulcemente pero a buen ritmo.
—¿Vamos a empezar los días así a partir de ahora? —pregunta ella, con una leve sonrisa en sus labios.
—¿Presentas quejas? —roza sus labios con los de esta.
—Por supuesto que no —acaricia su nuca y lo besa.
—Annie —la llama—, deberíamos darnos un baño ahora, sino no nos alcanzará el tiempo.
—No me lo recuerdes, es tan temprano aún.
—¿Te quedarías aquí todo el día?
—¿Toda la vida es una opción? —lo mira, insistente.
—Por supuesto que lo es —sonríe, dejando besos en los labios de su novia.
Si había algo que Annie amaba es que Armin tuviese su propio departamento, no era algo grande ni del otro mundo pero eso no importaba, de cualquier forma era solo para él y era mucho mejor que estar como ella, viviendo en el campus y con una compañera de cuarto, dificultando totalmente cosas como estas.