Armin era la persona menos indicada para preguntar sobre qué había pasado el último mes de su vida.
Habían varios factores que le habían hecho caer en un episodio. Su vida se descontroló tan gradualmente que no se dio cuenta de que su cerebro le estaba haciendo creer que no había nada mal mientras abandonaba medicamentos.
Dos semanas de un episodio maníaco y dos con uno depresivo volvían las líneas que separaban los días un asunto sumamente difuso.
A veces se sentía como si ni siquiera estuviese presente en su propio cuerpo, como un cascarón vacío que solo podía actuar de espectador; otras veces las horas resultaban tan difíciles que le consumían terriblemente hasta que atravesarlas parecía una misión imposible que duraba días dentro de cada minuto; algunas ocasiones, realmente pocas, simplemente perdía la noción de lo que pasaba y se sentía como si viera una película, le gustaban esos días, pasaban en un par de abrir y cerrar de ojos.
El último mes estaba muy borroso en su cabeza, la mayoría del tiempo no podría decir lo que estaba pasando. No era como si siempre perdiera consciencia de sí mismo, de hecho no lo hacía tanto, pero cuando vives con trastornos emocionales, psicológicos y mentales tantos años, la realidad se vuelve ciertamente confusa cuando tus medicamentos no pueden ayudarte por un tiempo o incluso cuando apenas comenzaban a hacerte efecto con el acostumbramiento, los ajustes y los efectos secundarios.
Todo ese tiempo Mikasa y Eren no se habían separado de su lado, ocasionalmente Grisha y Carla le habían ido a ver pero no estaba en un estado apropiado para apreciar aquello.
Detestaba la necesidad de tener niñeras cuando estaba en momentos así, como si fuese un niño pequeño. Odiaba tener que retener a sus mejores amigos con él para que le cuidaran porque no podía hacerlo por sí mismo.
Obtener una cama en el hospital para este tipo de asuntos era muy difícil, o casi imposible, siendo que no presentaba riesgos como violencia, autolesiones, planes o intentos de suicidio, consumo de sustancias peligrosas, etc.
Entendía por qué ellos dos se quedaban con él y lo cuidaban atentamente, Armin sabía que si no lo hacían estaría muerto ahora mismo. Mas sigue sin agradarle.
Cuando tiene episodios depresivos se siente tan mal que no puede hacer nada, incluso mirar el celular o el vídeo más simple de la historia resulta agotador, no puede charlar con sus amigos, no puede levantarse. Todo lo que puede hacer es quedarse en la cama intentando lidiar con su existencia, poniendo esfuerzo en cada respiración que tomaba.
No había dormido tanto en años, no podía hacer mucho más que eso, era aquello o mirar a una pared. Dormir demasiado tampoco es bueno, lo hacía sentir aún más exhausto, le dejaba la cabeza dando vueltas y lo aturdía.
No podía ponerse en pie sin ayuda. El baño estaba a tres metros de su cama pero su cuerpo no podía soportar la presión de levantarse, dar esos pasos y hacer algo tan simple como orinar, su mente no se lo permitía, lo convencía de que era demasiado para él.
Los baños también eran difíciles por lo mismo pero una vez llegaba allí con el soporte de sus amigos, necesitaba ayuda para siquiera comenzar a moverse para cosas tan simples como enjuagar su cabello, vestirse o volver otra vez a la cama. Con cada vez que se ponía en pie para ir al cuarto de baño, más comenzó a odiarlo y más costaba que su cuerpo aceptara las órdenes de su cerebro para ir hasta allí.
Es humillante.
Pasaba lo mismo con la comida y el agua. Aunque al menos podía ingerir eso desde su cama, se negaba a hacerlo demasiado, era agotador masticar, la sensación de tragar era algo que le hacía sentirse enfermo y lo repudiaba tanto que vomitaba seguido. Eso solo le hacía tener que ingerir aún más líquidos y alimentos por todo lo que acababa de expulsar, teniendo que realizarlo con su estómago revuelto y su garganta quemando. Negándose a siquiera consumir mucho por todos los malestares y porque sabía que más tarde le obligaría a levantarse al baño.

ESTÁS LEYENDO
Cinco Secretos | Aruani - Jeanmarco
FanfictionCada uno de ellos cuatro tiene ocultos cinco secretos que no quieren que nadie sepa. ¿Confiarías en alguien lo suficiente como para contarle las cinco cosas más duras que has vivido y te siguen día a día? [Los fanarts utilizados en este libro no me...