Capítulo 4

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Esa noche era una de esas extrañas situaciones donde nuestros estudiantes universitarios tenían tiempo libre, más extraño aún, coincidiendo en este.  

Las exigencias que tenían eran muchas y aunque de vez en cuando podían obtener tiempo para sí mismos, poder hacerlo a la vez que otros no era de lo más común.

Aquella noche lo habían logrado y por ello estaban en una fiesta, en la casa de alguna persona que Eren conocía y había pedido que invitara cuanta gente pudiera.

—¿Qué haces aquí? —pregunta Jean, acercándose a Armin, quien estaba fuera de aquella casa.

—Fumando —responde este y el Kirstein se apoya en la pared junto a él.

—Como si no hubiese unas 50 personas fumando ahí adentro —se ríe.

—Sí pero yo soy responsable y eso —dice, en tono burlón—. Además, la música empieza a fundirme el cerebro.

—Demasiado acostumbrado al silencio, ¿no?

—Más o menos —se encoje de hombros y guarda sus manos en los bolsillos de su pantalón mientras deja el cigarrillo entre sus labios.

—¿Quieres? —le ofrece su vaso.

—No, el alcohol me pondría maniaco a este punto —dice, en tono agotado.

Jean suspira y toma bruscamente de su boca aquel cigarrillo.

—Dijiste que estabas bien —se gira hacia él, apoyando su brazo contra el muro e inhalando un poco del cigarrillo.

—Lo estoy. Creí que ya sabías que estas cosas eran regulares en mí —se acerca a él, exhalando con suavidad sobre su boca un poco de humo, tan cerca.

—Hay una diferencia en cuando estás bien y cuando estás por pasar por episodios, si tan solo un poco de alcohol puede provocarte un episodio ahora entonces no estás estable.

—Si me pagaran por cada período de mi vida en el que no puedo tomar alcohol, sería millonario, no estoy muy seguro de qué es lo que te extraña —el castaño le devuelve su cigarrillo.

—No me gusta verte tener episodios, mucho menos si son por ese hijo de puta —acaricia un poco su mejilla, antes de pasar sus dedos por su dorado cabello.

—Dejemos de apuntar con el dedo, mi estabilidad mental es comparable a la estabilidad de una jodida pulga, siempre voy a pasar por esto de una forma u otra, da igual qué sea lo que lo desencadene. Paso un tiempo sin beber, hablo con mi psiquiatra, hablo contigo, Eren, Mikasa, tomo mis medicamentos y listo, como nuevo. Si te preocuparás por cada vez que esto me pase, será interminable, vive y deja vivir.

—Es imposible que no me preocupe por ti. Solo quiero verte bien —Armin sonríe, tan puro y hermoso.

—Estoy bien —afirma, con aquella sonrisa divertida enseñando sus dientes—. ¿Y tú estás bien? Bebiendo cuando viniste en tu moto.

—No me veas como si fuera irresponsable, no tomaré más de un vaso hoy. Cosas de volver conduciendo.

—Y déjame adivinar, llevarás a Marco, así lo conquistarás aún más.

—Voy a dormir en su departamento hoy, es eso —Armin sonríe—. ¿Qué? —pregunta el más alto, divertido.

—Me alegra que todo esté bien entre tú y Marco.

—Gracias, por decirle, sé que no es nada fácil.

—Tampoco podría dejar que rompiera contigo por algo que ni era verdad, solo me estabas haciendo un favor. Además, confío en él.

Cinco Secretos | Aruani - JeanmarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora