Capítulo 11

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Jean abrió sus ojos, los cuales parecían pesar demasiado como para siquiera poder intentar no volver a cerrarse.

Algo le había hecho despertarse a pesar de que era mitad de la noche. 

Por su vaga percepción del tiempo y cómo se veía la luz de luna entrando por las rejillas de la persiana, él diría que eran como las cuatro de la madrugada.

Quizá estaba tan acostumbrado a los horarios de sus estudios y universidad que aún en el receso no podía evitar despertar temprano aunque muriera de sueño.

También estaba la posibilidad de que su sonámbulo novio estuviese vagando por el cuarto haciendo algo de ruido pero aquello quedó descartado cuando movió levemente su brazo y lo sintió junto a él.

Jean aprovechó el momento y se movió perezosamente hasta el azabache, apegando su cuerpo a la espalda de este y abrazándolo.

Podría haber tenido un sueño hermoso durmiendo de esa forma en ese momento pero algo le impidió cerrar sus ojos permanentemente y, por el contrario, le hizo despertar.

La respiración de Marco, más precisamente, la forma en que su pecho temblaba.

—¿Amor? —el castaño susurra, levantándose un poco para verlo.

El alemán estaba de espaldas a él, con su cabeza apoyada sobre su brazo, medio escondida en este, y sus ojos llenos de lágrimas.

—Mi amor, ¿qué pasa? —pregunta, preocupado.

—Nada, nada —intenta negar, limpiando sus lágrimas con su manga—. Perdón, ¿te desperté? —pregunta, intentando que su voz suene normal.

—No, me desperté solo —vuelve a acostarse cuando el contrario voltea, quedando frente a él para fingir una expresión de que nada estaba sucediendo—. ¿Qué tienes?

—Nada, es tonto. Solo estaba soñando —se encoje de hombros y Jean acaricia su mejilla.

—¿Con qué?

—No estoy seguro, no recuerdo bien mis sueños.

—Bebé —casi pide, acercándose a besar su frente.

—... Solo sé..., que mi mamá estaba allí —confiesa, pausadamente—. Y eso no tiene importancia.

—¿No la tiene?

—Quiero decir, ¿con las cosas que me han pasado me despierto llorando en medio de la noche solo por recordar a mi mamá? Eso es insólito —susurra, intentando burlarse de sí mismo.

—No es insólito que llores por ello, es tu mamá. Los malos sueños no siempre son sobre algo traumático.

—... Yo no lo sé —se encoje—, solo estaba soñando con ella y con estar juntos, entonces desperté y de repente solo estaba llorando.

—Está bien, no tienes que pensar que es tonto y puedes despertarme y hablar conmigo si te sientes así.

—Es que ya pasaron muchos años desde que murió, yo tenía 12, Jean. Se supone que ya debería de haberlo superado —musita.

—No importa a qué edad la hayas perdido, era la persona más importante de tu mundo, no lo olvidarás y eso está bien, es muy normal, no absurdo.

—Es solo... Aún la extraño muchísimo y a veces lo olvido y sigo mi vida como siempre, como una costumbre... Y entonces, todo solo vuelve a mí en algún momento y es así —suelta, dejando más lágrimas salir de sus ojos.

—Lo sé, Marco, está bien —lo abraza y acaricia su cabello, antes de dejar un beso en su cabeza.

—Extraño a mi familia... Extraño a mi hermanito —suelta, contra su pecho.

Cinco Secretos | Aruani - JeanmarcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora