Verdad del fin

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-Lo siento Boruto, solo lo hice para no decepcionar a mis padres. Y no quería involucrarte, la empresa Kaminari es muy poderosa.

-Me lo hubieras dicho en un inicio Sumire.
Bueno, no podemos volver al pasado.

-Boruto, solo pido que me perdones por todo lo que pasó.

-No te preocupes Sumire, espero que seas feliz.

-En serio agradezco tu comprensión.
Ojalá algún día volveremos a ser amigos.

-Solo el tiempo lo dirá Sumire, espero que seas feliz con Denki.

-Sabes que no lo seré...
No lo quiero, y tal vez nunca lo llegaré a querer.

-Intenta quererlo.
Al final, yo no pueda hacer nada por tu familia. O por ti...
Ya es demasiado tarde...

-Lo se Boruto, lo se...
Adiós...

-Cuidate.

-Lo mismo digo Boruto...

Sumire salió de esa casa, estaba destrozada.
Ella no quería esa vida, pero no podía fallar a sus padres.
No esta vez, ellos le habían dado una segunda oportunidad.
Si no fuera por ellos, ella estaría en el orfanato mendigando y trabajando mucho...

Si, ellos eran sus padres adoptivos.
La adoptaron cuando tenía 9 años.
Y fue una suerte estar con ellos.
Tenía lujos, amigos y sobre todo comida.
No debía trabajar como lo hacía en el orfanato.
No debía preocuparse si lo adoptaba una mala familia.
Pues, ya la habían adoptado... Su nueva familia le dio lo que todo niño en el mundo buscaría...
Incluso le dieron cariño, su madre era muy atenta y cariñosa.

Por eso ella no podía fallar a una simple orden que le dieron, casate con Denki Kaminari y logra hacer crecer la empresa.

Y eso iba a hacer. Casarse, tener hijos tal vez. Y compartir su vida con él.
Para cuando envejece sus hijos la mantienen.
Y así, su vida ya estaba planificada desde el primer momento en que la adoptaron.
Tenía que hacer caso a las órdenes de sus padres.
No importaba que tan loca sea esa orden, tenía que hacer caso.

Por otra parte, Namida estaba en camino hacia la casa Yamanaka.
Buscaba a Inojin y quería aclarar las cosas con él.

Ella no lo dejó porque quiso, si no porque era un acuerdo que sus familias tenían desde hace muchos años y no tenían que romperlo.
Era como un contrato por muchos años...

El hijo mayor de Lee se casaría con la hija mayor de Suzumeno.

Tenía que aclarar a Inojin todo lo que pasó, tocó la puerta tres veces.
Y lo vio salir, con un gesto de disgusto y enojo.

-¡¿QUÉ HACES AQUÍ?!

Definitivamente a él, no le agradaba su presencia.

-LÁRGATE DE MI CASA...

Era ahora o nunca, tenía que decirlo.

-INOJIN, lo lamento... Lamento todo lo que ocurrió en el pasado.
Pero antes de casarme tengo que explicarte el porque lo hice...

-Lo hiciste porque solo jugabas conmigo.

-¡NO! Me obligaron, me obligan a casarme.

-¿Quien te va a creer? Mentirosa.

-Y-yo, lo siento tanto...
No debí molestarte.
Adiós...

Namida estaba a punto de llorar y salir corriendo de ahí, pero siento como un brazo la sostiene y le impide que avance más...

-Dime la verdad...

Esas palabras fueron su consuelo, él quería escucharla.
O al menos la escucharía, tal vez así no la odie.

-La familia Lee y la familia Suzumeno tienen un contrato...
Es como una ley, los hijos mayores de cada familia se tienen que casar.
La familia principal de los Suzumeno deben tener dos hijos como mínimo y uno de ellos tiene que ser mujer obligatoriamente.
Es raro pero la familia Lee siempre tiene hijos varones.
Por eso cuando tienen 15 años se presentan y a los 19 años se casan.
Es una tradición familiar, yo soy la hija mayor... Soy namida Suzumeno y debo casarme por ley con Metal Lee...

-No tengo motivo por el cual creerte Namida.
Y en casi de que sea cierto, me hubieras dicho y tal vez hubiéramos encontrado una forma de solucionarlo.
O la despedida hubiera sido menos triste.

-Se que me odias Inojin.
Solo espero que algún día dejes de hacerlo.
Lamento mucho todo lo que pasó...
En serio lo siento...

-Si, te odio...
Pero creo que te voy a poder perdonar.
Adiós Namida...

-Adiós Inojin.
Espero que algún día me perdones.

Namida se fue más tranquila de la casa Yamanaka.
Él no la había perdonado, pero dijo que algún día la perdonaría y ese era un avance importante...

Pero lo mejor de todo, la perdonará o no... Ella dijo los verdaderos motivos del final de su relación...

Luego su teléfono recibió un mensaje, al abrirlo vio que Sumire le había escrito:
"Todo salió bien, si estas desocupada.
¿Podemos ir a comer algo, a la cafetería de siempre?"

Namida aceptó y luego de encontrarse...
Cada una se fue a su casa, con paz en su interior.

Pasaron unos días y alguien estaba bajando de un avión, siendo recibido por una chica de cabello largo marrón. Y unos ojos del mismo color.

-Me alegra de que llegaras.

-Ni siquiera se porque estoy haciendo esto...

-Oh vamos Kawaki... Lo haces por tu amiga, o sea yo.

-Hmp... Sabes bien que no haría esto por una amiga.

-¡Que amargado!
Esta bien, gracias por hacer esto por mi primito.

-Hmp, dejate de tonterías Zumizi.

-Esta bien, vámonos de aquí...
Te quiero presentar a mis amigos y el viernes te doy un recorrido por toda la Universidad para que luego ingreses el lunes.

-Bien, vámonos que quiero descansar.

-Hai! Todos estos seis meses vas a estar en mi casa...

Pronto llegaron a la casa de Zumizi, era algo pequeña y solo tenía dos habitaciones.
Una para invitados y la suya.
Una sala enorme, y un campo de baile.
La cocina y el comedor en una sola habitación...
Y el estacionamiento para un solo carro.

-Tu casa es relativamente pequeña.

-Hay personas que tienen la casa más pequeña. Pensaba vivir con Chikara.
Pero llegaste tú...

-Hmp, no me eches la culpa.
Que fuiste tú la que me llamó...

-Si si, tranquilo.
Solo decía que no tengo tantas habitaciones...

-Hmp, ¿por qué no te compras una casa más grande y vendes esta?

Continuará...

Escribí este cap estando en clase de inglés!
Si mi mamá se entera me mata! XD ;-;

Bye ☺ y si no actualizó es porque mori ;-;






𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐒𝐨𝐧 𝐈𝐠𝐮𝐚𝐥𝐞𝐬 (Borusara e Inohima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora