Nuevos sentimientos

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Pero sus sentimientos no fueron eliminados de la noche a la mañana.
Pasaron meses para que ella pueda afirmar completamente que ya no le gustaba ni un poco.

Y ahora tranquila ella podía decir que ya no le gustaba Boruto.

-Me alegro que ya no te guste ese idiota, te hizo mucho daño. - dijo de la nada Areku.

-Tienes razón, pero ya quedó en el pasado y ya le perdone.
Será idiota, pero no tiene sentido odiarlo o algo así... Eso solo significaría que me importa. - sonrió Sarada.

-Me encanta eso de ti, ¿sabes?
La madurez con la que hablas y el corazón tan puro que tienes.
Lo linda que eres con las personas, y al mismo tiempo lo fuerte que eres.
Lo decidida y lo protectora con tu familia.
Eres tan responsable, eso me enamora de ti.- dijo Areku sin pensarlo.

-A-areku-kun... - Sarada desvío la mirada sonrojada, no imaginaba que su amigo pensaba eso de ella.

-Disculpame Sarada, no quise hacerte sentir incómoda... Pero me gustas
- susurro apenado él.

-¿Te gusto...? - dijo en modo sorprendido Sarada.

-S-si... - susurro Areku desviando la mirada, para luego agregar. - Pero no hay ninguna necesidad de que me correspondas, disculpame si arruinó la amistad con esto...

-También me gustas. - dijo Sarada cuando Areku agachó la mirada.

Y él sorprendido, formuló un inaudible "¿En serio?" Para darle un abrazo fuerte a su querida peli negra.

Luego de unos minutos en los que ambos disfrutaban del calor y calidez de ese abrazo, él la soltó y la miro directamente a los ojos.

Para luego preguntar: "¿Quisieras ser mi novia?
No... Mejor un... ¿Puedo ser tu novio?"

Y con esa pregunta, Sarada empezó a llorar de la emoción...

Repitiendo varias veces "¡si, si, si!"

Y en arranque de valor Areku chocó sus labios con los de ella, fundiéndose en un tierno y cariñoso beso.

-Te quiero mucho Sara. Gracias por aceptarme como tu novio.
Te prometo que daré todo lo mejor de mi, para que esta relación funcione y no decepcionarte nunca. - le dijo acercando a Sarada y acariciandole el cabello.

-Yo también daré lo mejor de mi Areku...
Quizás por nuestras responsabilidades no podremos pasar mucho tiempo juntos, pero siempre estaré ahí para ti.
Y aprovecharemos al máximo el tiempo que estamos juntos. - sonrió la peli negra enternecida.

Ambos volvieron a darse un dulce y tierno beso, para luego quedar abrazados mirando los árboles de dicho parque.

Estabas tan tranquilos, hasta que escucharon una voz algo chillona y alegre.

-¡Oigan chicos! ¡Ya regresamos!
¿Acaso se olvidaron qué fuimos a comprar comida? Seguro estaban muy bien juntos, hasta novios parecen. - grito a lo lejos Aberu.

Ambos se sonrojaron fuertemente y desviaron las miradas, por lo que Aberu los miro de manera extraña, pero decidió no preguntar nada.
Quizás más tarde haría que su "hermano" Confiese que pasó.

Siguieron pasando lo que quedaba de la tarde, de una manera tranquila y feliz.
Conversando, comiendo y riéndose entre todos.

Al cabo de la noche, Areku y Sarada estaban en camino a casa.

-Gracias por traerme a casa, Areku-kun. - sonrió de una manera muy tierna Sarada.

-Todo por mi pequeña princesa, Sara-chan.
Además, siempre te traigo a casa, aún cuando éramos amigos, con mucha más razón ahora. - respondió feliz Areku.

Ambos iban agarrados de las manos, en un silencio cómodo y felices.

La noche estaba estrellada, el viento susurraba melodías suaves, la Luna brillaba y al centro de todo, se encontraba esta hermosa pareja.

Sonriendo, llegaron a la casa Uchiha, por lo que se despidieron.
Primero fue un abrazo, pues tenía algo de vergüenza, pero luego fue un corto beso que lo inicio Areku.

-Nos vemos mañana Sara. - se despidió Areku mientras movía las manos y corría en dirección contraria, directo a su casa.

-Nos vemos Are-kun. - susurro Sarada con una sonrisa.

Estaba tan feliz, estaba muy feliz.
Pero aún así estaba nerviosa, no dudaba del chico en específico.
Dudaba de todos los chicos que habían en el universo.

No podía confiar en alguien, pero no podía controlarlo, eso estaría muy mal.

Dejó el recuerdo de Boruto, pero aún no dejaba la huella de inseguridad que él dejó en ella.

-Sarada... Oye hija, veo que estas muy cariñosa con tu "mejoro" ¿No? - habló Sakura interrumpiendo sus pensamientos.

-¡Mamá! - grito del susto Sarada y avergonzada, pues su mamá se estaba burlando de ella.

-Díganme... ¿Ya son pareja? - pregunto Sakura.

-Si, lo somos. - susurro Sarada desviando la mirada.

-¿Y qué tal? Cuéntame todos los detalles. ¿Qué paso? ¿Cómo de declaró? Ay, que emoción. - Sakura estaba hablando mientras su mente soñaba en una escena súper romántica.

Sarada solo atinó a suspirar y asentir, mientras ingresaban a la casa y tomaban algo de té.

Ella empezó a contarlo todos los detalles, y a medida que seguía contando se emocionaba más y sonreía, continuó diciendo más detalles, avergonzada y desviando la mirada, sonrojada.

Sakura solo escuchaba y miraba como su hija relataba cada suceso con felicidad.
Se alegro por ella, se alegro porque su hija por fin iba dejando atrás la relación que tuvo con Boruto.
Por mucho que no lo quisiera admitir, esa relación le afecto drásticamente.

Su pequeña hija dejó de tener amigos varones, dejó de confiar hasta en su propio padre.

Pero poco a poco entendió qué no debía culpar a todos del error de una persona.

–Y si... ¿Esto es un error? - fue con lo que finalizó Sarada, entristeciendo su voz.

Sakura la miro con ternura, lentamente le acarició la mejilla y le dijo: "No te preocupes hija.
Tu solo da lo mejor de ti...
Haz lo que tu corazón te diga"

Sarada asintió a las palabras de su madre.
Ella tenía razón, no debía temer por algo que no sabía si pasaría.

Debía disfrutar cada momento.

"Sarada... Tenemos que hablar"

Ese mensaje le llegó sorpresivamente.

¿De qué tendrían que hablar?

¿Por qué le escribió él? ¿Por qué decidió escribirle después de tanto tiempo?

Trabajaban juntos, era claro, pero tenían solo la interacción necesaria.

Y ella le había pedido hablar estrictamente del trabajo.

¿Quizás sería algo así?

–¿Es sobre trabajo? ¿Qué paso?

Escribió ella en respuesta.

–No... Sarada, quiero decirte algo importante.
Algo personal, y quiero que por favor me escuches y me permitas hablarte.

Ella quedó aún más sorprendida con ese mensaje.

Pero, no respondió... No tenía porqué responder, no sabía que responder.

𝐍𝐨 𝐓𝐨𝐝𝐚𝐬 𝐒𝐨𝐧 𝐈𝐠𝐮𝐚𝐥𝐞𝐬 (Borusara e Inohima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora