Hey you | Daka & Elena

Un encuentro inusual

- Daka despierta! - gritó Silvania moviéndome de lado a lado, ya ni dormir se puede - pensé.

- Mmm ¿qué pasa?- dije irritada.

- Ya llegamos a Alemania! - dijo emocionada - ya hay que bajarnos.

- Ya que - me levanté de malas y giré los ojos.

Aún no entendía por qué teníamos que mudarnos, estábamos tan a gusto en Transilvania y no aquí en la tonta y aburrida Alemania. No quiero convivir con humanos, somos muy diferentes además ellos son raros - hice muecas de asco.

Bueno bajaré de una vez.

Silvania ya estaba abajo, al parecer le emocionaba la idea de vivir en Alemania, Transilvania es mejor.

- Chicas vayan metiendo las cosas a la casa en lo que su padre y yo las vamos bajando - pidió mamá ayudando a papá con las cajas.

- Si mamá - contestó Silvania, asentí con la cabeza y agarré una caja.

Pasaron un par de horas y todos estábamos adentro.

Silvania estaba acomodando sus cosas en la habitación.

- Ya casi termino de desempacar y tú? - me preguntó.

- No quiero - contesté de mal humor desde mi cama con forma de ataúd.

Suspiró y sacó un póster de un caballo y lo acomodó en la pared.

- ¿Qué te parece? - preguntó.

- Vergonzoso - contesté volando hacia la cadena que dividía nuestro cuarto.

- Estás loca? baja de ahí ahora y si alguien te ve? - dijo preocupada.

- Ahh? ¿Qué mísero humano verá esto? tendrían que poder volar y esos tontos no pueden hacerlo - cruce los brazos y volé a la cama de mi hermana.

Silvania suspiró con pesadez y cruzó los brazos.

- Y además puedo volar tanto como quiera aquí, solo no deben verme - aplaste sin querer su sombrero. - Ohhh

- Ten cuidado, aún lo necesito! - me lo arrebató y lo acomodó.

Volé hacia mi cama.

- Regresaré volando a Vitonia, no me quedaré aquí más de lo necesario - dije.

- No seas tan negativa Daka, es hermoso aquí!sólo velo así; somos mitad vampiras mitad humanas ahora podemos vivir nuestro lado humano - explicó.

- Pero no quiero ser humana los humanos son retrasados - contesté.

- Yo creo que es fantástico, finalmente podemos ser niñas de verdad! podemos maquillarnos, encontrar una amiga humana y tal vez hasta conocer algún chico ¡es increíble! - sonrío, en verdad estaba emocionada.

- Chicos humanos? En verdad no estoy interesada, el único hombre que me interesa es Murdo y está en Vitonia- miré el póster que estaba atrás en la pared.

- Murdo Daco tiene 20 y es una estrella de rock ni siquiera sabe qué existes, vamos guarda tus cosas! de otro modo nunca podremos invitar a nuestros amigos - agarró una caja y la acomodó.

- Yo no quiero nuevos amigos - dije enojada.

                            (...)

Estaba aburrida así que decidí bajar y pedirle permiso a papá para caminar por la ciudad.

- Papá ¿puedo salir? - pregunté.

- A dónde? - contestó mientras acomodaba un murciélago gigante en la sala.

- A explorar la ciudad - expliqué.