¿Sentimientos?

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Era receso y Elena y yo nos juntamos como de costumbre.

Estábamos sentadas frente a frente.

Esta saco el libro que estaba leyendo en toda la clase.

- ¿De que es tu libro? - pregunté mirando la portada.

- Oh es de vampiros! habla de Transilvania - contesto sin despegar la vista de este.

- Interesante - alcé las cejas.

Si supiera que está con una ahora mismo...

- Si, es esta muy bueno— afirmó.

- Pues leámoslo entonces - me senté a su lado con una sonrisa y ambas comenzamos a leer.

Elena tenía razón, el libro era bueno y bastante apegado a la realidad, no era como los demás libros que había leído sobre Transilvania.

Leímos varias páginas y por fin comimos nuestro almuerzo.

- ¿Quieres caminar? - pregunté levantándome y ofreciéndole mi mano para levantarse.

- Si, vamos - tomó mi mano y se levantó.

Nos sacudimos y dimos varias vueltas por el patio tomadas de la mano, no sabíamos por qué pero se nos quedaban viendo raro.

Sentí un pequeño escalofrío recorrer mi muñeca.

- ¿Y si damos otra vuelta? - preguntó Elena.

- Si - seguimos caminando y dimos una última vuelta antes de entrar al salón.

Reímos cómplices y ahora si entramos.

Nos sentamos en nuestros lugares y pusimos atención a las clases.

Luego de varias clases la chicharra sonó indicando la hora de la salida.

                        (...)

Silvania iba ir a casa de Jacob así que acompañé a Elena a su casa.

Una vez ahí ella ya estaba abriendo la puerta.

Abrió la puerta y cuando estaba adentro hizo un gesto con la mano indicando que pasara.

Entre a la casa y la mire a detalle, era bonita y de color blanco, tenía un sillón color café que se veía que era cómodo, el piso era de madera, había una pantalla grande y un comedor de cristal con un frutero encima. Era de un solo piso pero era espaciosa, la cocina abarcaba gran espacio de esta, la casa estaba limpia y ordenada.

- Estás en tu casa - sonrío.

- Gracias - devolví el gesto y cerró la puerta.

- Siéntate, quieres algo de tomar? - preguntó dejando las llaves sobre la mesa.

- Un vaso de agua, por favor - contesté sentándome en el sillón.

Sirvió dos vasos, me extendió uno y se sentó a lado de mi.

- Gracias - tome un poco de agua.

- De nada - contestó y hizo lo mismo.

- Y tus padres? - pregunté.

- Están trabajando, mi mamá trabaja en una oficina y mi papá es ingeniero - explicó.

- Ya veo, así que tienes casa sola? - pregunté de nuevo.

- Si, casi siempre - me contestó.

- ¿Y no te aburres? - dije.

- La verdad si, un poco - confesó.

- ¿Tienes hermanos o algo? - cuestione.

- No, soy hija única - dijo.

- Ohhh - comenté.

- Por cierto...¿crees que puedas quedarte?, por favor - juntó sus manos como súplica.

No puede negarme.

- Está bien, deja le aviso a mis padres - mandé un mensaje de texto diciéndoles que estaba en casa de Elena.

- Okey - se paró del sillón y fue a la cocina -¿quieres comer algo? tengo comida para calentar - ofreció.

- Si, me muero de hambre - me paré y fui con ella a la cocina.

- Hay puré de papas y filetes de carne - dijo mirando el refrigerador.

- Que rico! - exclamé.

- Deja caliento la comida y nos sentamos ¿si? - saco la comida del refri.

- Te ayudo? - ofrecí.

- Si por favor

Le ayudé a calentar la comida y luego de unos 20 minutos ya estábamos sentadas en la mesa comiendo.

- ¿Que te pareció la comida? ¿te gustó? - preguntó con interés.

- La verdad es que si, me gusto mucho - contesté.

- ¿Quieres más? - ofreció.

- No gracias, ya me llené - confesé tocando mi estómago.

- Yo también ya me llené - imitó mi gesto.

- ¿Y quien cocina? - pregunté curiosa.

- Mis papás, ellos siempre me dejan comida para calentar. - explicó.

Nos levantamos de la mesa y lavamos los platos que usamos.

Luego de eso me dijo que si quería ver algo en la tele y vimos una película.

Me la pasaba muy bien con Elena , todo eran risas y felicidad.

Perdía la noción del tiempo y me olvidaba de todo cuando estaba con ella.

¿Será...? No, no lo creo

- Ahí vienen mis padres! - gritó asomándose por una ventana - tienes que irte, no me dejan meter a nadie sin avisar, lo siento!

- Oh entiendo...- abrí la puerta y salí de su casa un poco triste por que quería quedarme más.

Ella se despidió de mi con un beso en la mejilla, una sonrisa se formó en mi rostro al instante y me sonroje.

- Adiós Daka, nos vemos mañana! - gritó desde la puerta de su casa pues yo ya había caminado unos cuantos metros.

- Adiós Elena! - moví mi mano a modo de despedida.

Decidí volar hacia casa, total ya había oscurecido y nadie me vería.

En el trayecto a casa me toque la mejilla recordando el beso que me había dado y volví a sonreír.














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Ufff por fin nueva actualización! jaja perdonen la demora, espero que les haya gustado.

Si les gusto no olviden votar! <3

Hey you | Daka & Elena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora