Capitulo Veintidós: El discurso

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Que lastima siento por Jazmín, los padres no le aceptan una pareja de color y el hermano ni siquiera le acepta la pareja, se entiende que solo tiene quince años, pero tanta sobreprotección no ayuda para nada, solo espero que Tons me escuche porque eso mismo le voy a decir. El es compulsivo, por cualquier cosa se molesta y siempre quiere resolver las cosas con gritos o con golpes.

– Tons te entiendo perfectamente, es tu hermana menor y la quieres proteger, pero también tienes que entender que no ganas nada con ser así, solo buscaras que ella pierda la confianza en ti, déjala crecer, déjala cometer errores, déjala enamorarse, así aprenderá y será mejor luego, vas a ver.

 – (Suspira) Tienes razón amor – Sonríe y por sus expresiones busca otro tema de conversación – Mejor vamos por algo de tomar, ¿Qué te traigo?, ¿Tequilla o Champagne? – no deja que le conteste y me interrumpe – ¡No, mejor un vino tinto! – Me exclama, yo me quedo pensativa.

– ¿Tienes Ponche de frutas? – lo observo y esta confundido.

– ¡En serio Mai!, ¿Vas a beber ponche?, ¡No jodas!

– ¡Nunca en mi vida he probado alcohol!

 – ¡Pues con más razón hoy tienes que beber!, ¡Y no me vengas con excusas eh!, te traeré un shot de tequilla, ¡Ah! – Me exclama – Y te recomiendo que no lo bebas tanto si no quieres embriagarte.

 – Bien, como digas.

– Espérame un segundo, ya te lo traigo – Dice Tons con besando mi mejilla izquierda.

Me siento en el sofá, miro a mi alrededor y todos están bebiendo y bailando, alcanzo a ver a Albert con Jazmín saliendo de la cocina junto con Justin ¿Desde cuándo son amigos? Algo aquí no me cuadra. Ellos me vieron y vienen hacia mí, los dos están carcajeando como lunáticos, parecen que no están en este mundo, solo espero que no hayan consumido nada porque los noto muy extraños.

 – ¡Mai, cuanto tiempo que no te veo!, ¿Dónde estabas metida? – Me pregunta Albert.

– Esa pregunta tendría que hacérsela yo a ustedes, ¿Dónde estaban y porque tardaron tanto?

– Estábamos charlando en el garaje, ¿Verdad Albert? - Pregunta Jazmín mirando a Albert con cara de: sígueme el juego

– Si, ahí mismo – Dice Albert sonriéndole a Jazmín, noto que se están coqueteando, es obvio que aquí paso algo y no estaba enterada, pero no me preocupe, sea lo que sea Albert me lo dirá tarde o temprano.

Tons se acerca con mi shot de tequilla, Albert y Jazmín lo saludan y se van agarrados de la mano, continúan riendo como locos y van directo a la alberca, solo le ruego a Dios que Albert no haga de las suyas, Tons se queda mirándolos impresionado y se sienta a mi lado, pasándome así el trago de tequilla.

– Bien chica problemas, a la cuenta de tres te lo tomas, ¿sí?

– Perfecto, solo te advierto que si me embriago te harás cargo de mí.

– No te embriagaras con un shot niña - me mira con cara de "Dios dame paciencia" - a menos que sigas tomando.

– Lo dudo, no me gusta tanto tomar.

– Okay, empezaré a contar: uno, dos y tres

Narrado por Jazmín:

Albert, que hermoso eres, ese esmoquin te queda tan bien, tu pelo castaño despeinado y tu piel café sobrepasan los límites, juro que podría durar horas observándote, tuvimos una buena platica en el garaje, nos conocimos más hablando de nuestros gustos y coincidiendo con algunos me he dado cuenta de que somos el uno para el otro, tu sonrisa es encantadora y ya que estamos tan cerca ¿Por qué no aprovechamos la noche y hacemos un par de locuras? ¿Me complacerás? Si, si lo hiciste, me complaciste, con los efectos del alcohol tu mente está en otro mundo, y el ritmo de la música hace que bailes descontroladamente, pero tenemos suerte, aquí en esta habitación solo yo puedo apreciar tus movimientos, esta noche será  larga, yo me encargare de eso.

En las sombras del racismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora