En las sombras del racismo

Capitulo diez y ocho: De regreso

*Narrado por Tons*

Me siento tan bien, ya podré ver a mi familia, ya podré abrazarlos, sentirlos y tenerlos conmigo, sé que no somos la familia perfecta y que no paramos de discutir, pero eso no cambia que lo seamos. Por otro lado, estoy aquí contemplando tu belleza mi chica problemas, estas al frente mío, en este helicóptero, y estamos mirándonos con ganas de seguir abrazados. No espero la hora de llegar y hacer tantas cosas, como disculparme con todas las chicas que usé, hablar con mis padres y decirles que soy una persona diferente, les explicaré todo lo que sucedió en aquella isla, y de paso les aclararé que no me importa su opinión, yo me quedaré contigo. Dejaré de ser tan orgulloso, caprichoso y egoísta, de hacer cosas que no me agradan solo para complacer a otros, y otras tantas que solo te las debo a ti Mai, del mismo modo a mis ancestros, ellos no se pueden quedar atrás.

Casi llegamos, estoy tan nervioso que mis piernas no paran de temblar, tú también estas nerviosa Mai, en tus ojos lo puedo notar. No paro de mirarte, estas sentada al lado de Albert, sonriendo como nunca, colocas tu pelo detrás de tu oreja y me miras, bajas la mirada y vuelves a sonreír, estas provocando que me pare de aquí y vaya a besarte de nuevo. Shine no para de preguntarme como estoy, pero mi cabeza esta distraída con tu belleza, nunca me había pasado esto, y es hermoso.

– ¡Ya vamos a aterrizar, agárrense fuerte! – Nos exclama el piloto.

–  ¡Por fin!, ya era hora – Exclama Mallory sudando de los nervios.

– ¡Ya llegamos Mai!, en unos cuantos días podrás ver a tus padres y todo estará a la normalidad – Le dice Albert emocionado a Mai.

–  Si, esperaba esto con ansias, bueno esperábamos ¿Verdad Tons? – Me pregunta Maitreyi con esa sonrisa angelical.

–  Si Mai – Le sonrío.

*Narrado por Maitreyi*

El helicóptero aterriza y todos mis compañeros están en el lugar de aterrizaje con carteles y pancartas llenas de palabras de aliento y bienvenida, no se imaginan lo feliz que estoy de haber regresado. Nos bajamos del helicóptero y todos corren hacia nosotros, pero como Tons tiene una fanaticada, está rodeado de mujeres por doquier gritando su nombre y abrazándolo, como si fuera una super estrella de Hollywood, por un lado, estoy pensando que todas están tan alteradas porque Tons no lleva suéter, y esos abdominales bien trabajados se ven de lejos, yo más bien recibo la bienvenida de mis compañeras de la biblioteca y de los demás profesores.

Tons sale del grupo de mujeres que lo rodeaban y viene hacia mí, coloca su brazo derecho en mi hombro, me da un beso en la mejilla y me dice: Ve y descansa amor, en un rato te alcanzo. Albert no me mira impresionado, creo que ya sabe que entre los dos pasa algo, pero eso no impide que me mire con su cara de pervertido queriéndome decir: ¡Así que con Tons Veranderung! ¿Eh?

Llegamos a la habitación y lo primero que veo cuando abro la puerta es un letrero dándome la bienvenida, globos y confeti por todas partes, me pregunto que hubiesen hecho con todo eso si no hubiese regresado. Bueno, en fin, entro y lo que hago es poner a cargar mi celular para después llamar a Mamá y a Papá, dejo todo a un lado y me tiro en la cama, pero Albert (como siempre) tiene que arruinar mi momento.

 – Mai, ¿Por qué no mejor te das un baño y luego te acuestas? ¡Digo!, porque estas toda sucia, además, sabrá Dios que bicho raro traes en el cabello, o que otra cosa.

–  Tu siempre tan directo Albert – Le bromeo.

–  Si, lo sabes. Pero no es broma ¿eh?, vete a duchar que no quiero piojos ni bichos en mi habitación – Me dice bromeando.