Racismo, ¡Maldita palabra esta!, no entiendo la razón por la cual ha llegado a este mundo lleno de desórdenes, sé que exagero en todo sentido y que no debería de hacerlo, pero ¡Mírenme! estoy aquí, al lado de los principales causantes de esta palabra maldita, y eso no es lo peor, ¡No!, lo peor es que cada vez que lo miro a los ojos me enamoro más de él. Y sé que estoy jodida, porque desde los seis años dije que iba a odiarlos hasta el día de mi muerte, Pero ¿Cómo odiarlo a él?, ¿Cómo sacarlo de mi puta cabeza? Si está aquí, justo a mi lado, haciendo chistes agrios para cambiar mi humor cuando no estoy de buenas, y sonriendo tan perfectamente como suele hacerlo. Estoy en una guerra conmigo mismo, y no sé si dejaré que gane el enemigo, o sacaré fuerzas de voluntad de donde no las tenga.– Oye Mai, ¡Ya estoy cansado de tanto caminar!, ¡Y todavía no encontramos nada!
– Seguiremos buscando, algo tiene que aparecer.
– Pues eso espero, porque la verdad es que esto de andar como locos mirando para todas partes a ver si encontramos comida es agotador, y –hace una Pausa – ¡Ay no Mai! – Me exclama enojado – Ya empezó de nuevo, ¡Para esa cosa!
El Ágate brilló de nuevo, la verdad es que no sé qué hacer, estoy pensando en quitármela y arrojarla al mar, tantos problemas que tenemos y esta pulsera nos aumenta más, pero en realidad estoy indecisa, Mamá dijo que no podía quitármela, ¿Pasaría algo malo y me deshago de ella?, no, no quiero correr el riesgo, así que mejor la dejo en mi muñeca derecha para que siga atormentándome, digo, atormentándonos.
– Dejará de brillar en un momento Tons, solo tenemos que esperar.
– Esa lucecita dorada que tiene me da dolor de cabeza, sin contar el hambre, el sueño ( Porque no pude dormir bien) y el cansancio de mis piernas que han caminado tanto en este – Tons se interrumpe – ¡Wow!, ¿Eso es lo que creo que es?
Tons se queda asombrado viendo una platanera, y creo que tenemos suerte porque las bananas se ven maduras.
– ¡Comida!, ¡si comida!, ¡Ay diosito gracias, gracias! – Exclama Tons.
Vi a Tons correr hacia la platanera que había en un costado de la isla y tomar todas las que pudo, su altura ayuda, mide 1.90 metros, ya era justo encontrar más comida, con pepinillos nuestros estómagos no iban a sostenerse.
– Mai, ¡Atrapa! – me exclama haciéndome seña de que atrape.
– No soy muy buena atrapando, lo intentaré.
– Esperaba que digieras eso, no sabes hacer más nada que leer sagas de Harry Poter.
– ¿Cómo sabes que leo a Harry Poter? – Le pregunto con asombro.
– Andabas todo el colegio con esos libros en las manos, y siempre ibas a leerlo a la biblioteca, ¿Cómo no iba a saberlo?
– Pensaba que no tenías tiempo para ver lo que hacía, que estabas ocupado hablando de tus lujos y coches caros con tus amigos.
– ¿Cómo sabías que hablaba ese tema con mis amigos?
– Era algo lógico, ¿no?
– Me tenías muy observado chica problemas, ¡Y eso que eres calladita y tranquila!, ¡imagínate si no lo fueras!
– Pues tú también me tenías muy observaba porque hasta sabías que leía mi libro en la biblioteca.
– Era inevitable verte allá porque iba a veces, así que no te creas la importante.
Se que te haces el inocente, pero parece que me echabas mucho el ojo que hasta sabes cuál es mi lugar favorito para leer, disimulas mientras me pasas las bananas, pero no puedes ocultarlo, también me observabas.
ESTÁS LEYENDO
En las sombras del racismo
Mystery / ThrillerPara Maitreyi, una chica India-afroamericana, saber que está enamorada de una de las personas que siempre ha odiado (los blancos) es algo que la preocupa y la estresa bastante. No cabe en su propia imaginación lo que le está sucediendo, ella cree qu...