Capitulo Veinte y Cuatro (ultimo): ¡Eres tú!

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*Narrado por Albert*

Me acabo de despertar y lo primero que veo después del tejado de la casa es a mi madre al frente de mí, y parece que no hice nada bueno anoche que trae una cara horrible, la luz del sol me molesta bastante y me siento muy pesado y ¡Todo esta tan raro!, ¡llevo puesta una camisa que no es mía!, ¡Ay por dios, que hice!

– ¡Albert Miller! – Me exclama mamá – ¿Me puedes explicar que pasó anoche?, ¿O es que tomaste tanto que ni te acuerdas?

Puede ser mama, lo único que recuerdo es gente de aquí para allá, bebidas, una alberca ¿fiesta? ¡Estaba en una fiesta! – ¡Claro, si, en la casa del idiota de Tons!

– ¡Estaba en la fiesta que organizó Tons Mamá! – Le respondo estrujándome los ojos.

– ¡Sé que estabas en la fiesta Albert!, ¡Pero no hablo de eso! – arruga las cejas y su rostro empieza a molestarse mas – Hasta aquí llegaste Albert, es tu fin – me digo mentalmente.

– ¡Mamá perdón!, ¡No volverá a pasar, te lo juro!

– ¡Lamentablemente estas de castigo, no permisos y no salidas en Freddie!, ¡Nada hasta que aprendas a comportarte!, ¿Sabes cómo vino Maitreyi anoche?, ¡Muerta de un susto contigo!, ¡Parecías un drogadicto que tuvo una sobredosis!

– ¡Ma, no exageres!

– ¡El que no tiene que exagerar cuando toma alcohol eres tú!, solo espero que no hayas consumido nada raro ¡Eh! – se voltea para dar unos pasos hacia la puerta, luego se detiene y se vuelve a voltear – ¡Ah!, ¡Y agradéceme que no te quité el celular señorito! – Sale y golpea la puerta.

Me paro de la cama y me dirijo a la regadera, bostezo mientras le escribo un buenos días a Maitreyi, luego me entro en la regadera, pero se me olvidaba que no tenía la toalla conmigo ¿Qué le pasa a mi cabeza?, entonces salgo y la busco.

Me enjabono y siento que el jabón me comienza a arder por el pecho y la espalda, miro mi pecho y veo que tengo cinco rasguños, puedo notar que fueron hechos con uñas ¿Me acosté con alguien anoche o una chica me voló encima?, ¡Y si perdí mi virginidad!, ¡Mierda!, lo peor es que no tendré un recuerdo de cómo fue, ¡Qué diablos pasó!

Duré casi media hora en la regadera, sentía mi cuerpo tan pesado y el agua estaba tan rica que no tenía ganas de salir, ahora iré a desayunar, tal vez no recuerde nada porque tengo el estómago vacío, ya saben, por el refrán que dice: "El mal comido no piensa". Bajo las escaleras y veo a mamá tomarse una taza de café, y sé que sigue enojada, su expresión al verme la delata.

– Ahí está tu desayuno, trata de comértelo rápido para que llegues a tiempo al colegio, no encontrarás un taxi desocupado a esta hora así de fácil.

Trago el chocolate tan rápido que estuve al ahogarme.

– ¿Taxi? – Le pregunto asombrado.

– Si, te irás en taxi, recuerda que estas de castigo y que no conducirás a Freddie hasta que yo te diga, además Maitreyi se lo llevó anoche, yo le dije que se lo llevara, ya que vino muy tarde a traerte, ¡Vuelto una mierda por cierto!

– ¡Ay ya ma, está bien!, ¡Pero ya deja de regañarme!

Mientras me como las tostadas que Mamá me preparó levanto el celular para ver la hora y veo que tengo una nueva solicitud de amistad en Instagram, para ser preciso de jazmín Veranderung, la hermosa chica que me dejó estacionar a mi Freddie en su garaje, que para ser sincero es lo único que recuerdo desde que llegue a la fiesta.

Me siguen llegando notificaciones, pero esta vez son de Maitreyi, abro su chat y veo que me manda un audio de voz diciendo: ¡Hola molestoso!, ¿Cómo amaneciste?, si no has salido de tu casa espérame porque te iré a buscar en tu coche, si, suena raro, pero creo que ya tu mamá te explicó todo ¿verdad? Le respondo con un: hola, estoy bien, no he salido de casa, acá te espero, y si, ya me explico todo, no te preocupes que no dejó que ni bien despertara para empezar con sus reproches, nos vemos en un rato, Bay.

En las sombras del racismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora