En las sombras del racismo

Capitulo dos: El Ágate y los zapatos Prada

La vida para mí nunca ha sido fácil, no sé si exagero, pero siempre lo vivo pensando, tener que lidiar con esto todos los días, que me juzguen por ser india-afroamericana es algo a lo que estoy acostumbrada pero no resignada, y no solo lo digo por el comentario de Carson en el aula, sino porque todos en el colegio me miran como si fuera una bicha rara, y no desde ahora, desde que empecé a formar parte de ella.

Saber que vives por un milagro de Dios, ya que tu madre es estéril y naciste por suerte, es algo que me enorgullece y me angustia por ratos, y para completar, ¡Tener que llevar esta pulsera con estas perlas tan raras y antiguas! Supuestamente hace que mis ancestros me guíen y me cuiden, pero ¿Para qué? – creo que ya estoy grandecita para eso, además ni siquiera me dan una señal de que en verdad existen. En fin, aunque la vida haya sido cruel conmigo en momentos, estoy agradecida, son cosas que pasaron para hacerme más fuerte.

*Abro la puerta de la casa*

– ¡Mama, ya llegué!

– Hailo Subharatri

– Hailo Subharatri moma

Mama cogió de costumbre el decir buenos días en indio cada mañana, dice que es su palabra favorita, además con esa mágica palabra fue que surgió el amor entre ella y papa. Ella era recepcionista en el Hotel Adlon, uno de los hoteles más caros de Alemania, Papá era el chofer de uno de los camiones que llevaban frutas y verduras al hotel, en un desliz se toparon, cruzaron miradas y lo único que se dijeron fue: Buenos días en indio, y desde ese momento empezó todo.

– ¿Me preparaste kebabs ?- le sonrío exageradamente con espera de la respuesta: si

– No, pero te preparé algo mejor: ¡Pollo Tikka Masala!, Siempre te ha gustado ese pollo así que decidí prepararlo para ti.

*Es un un platillo Indio*

– ¡Mamá, ese era mi plato favorito cuando tenía 6 años, ya no soy una niña! - hago puchero

– La edad no tiene nada que ver en esto, ¡Así que nada de pretextos señorita, además no me habías dicho!

– ¡Oh si, claro! – Le respondo sonriendo mientras tomo el plato.

– Oye tu padre llegará tarde hoy, tiene un viaje a Hamburgo, así que vendrá mañana.

– ¿Otra vez? – Pregunto angustiada – ¡Todo esto pasa por vivir en este país!, ¡En la India hubiésemos pasado más tiempo juntos todos!

– Si, pero en la India no te hubiesen dado una beca en uno de los colegios más caros de Europa, así que no te quejes Maitreyi, que todo fue por tu bien.

– Si claro - Cambio el tema- Oye mamá ¿Te puedo preguntar una cosa?

– Si, claro cariño.

– ¿Cuándo podré quitarme esta pulsera horrible?

– ¡No es horrible, no te la quitarás y se llama Ágate!

– ¡Pero mamá! – Le digo con berrinches – ¡Siento que lo único que hace es apretar mi circulación!, dices que brilló cuando nací, ¡Pero después de ahí no ha vuelto a hacer nada!

– Brillará cuando sea el momento de que te enteres, de que por fin tendrás lo que siempre has deseado.

No sé a qué se refirió mama con "Tendrás lo que siempre has deseado", porque es que he deseado tantas cosas, como ir a la india, acabar con el racismo, saber si Tons es racista, hacer que Albert por fin como brócoli, en fin, son tantas cosas que a veces pienso que exijo demasiado, solo espero que se cumpla todo si es cierto lo que Mamá dice.