En las sombras del racismo

Capitulo siete: La voz del manantial

Seguimos caminando y esta linterna no ayuda en nada, se prende y se apaga sola, le doy unas palmaditas para que se arregle, mientras que el niñito mimado está riéndose de la situación.

– ¿Qué es lo gracioso? – le pregunto enojada.

– ¡Que te estresas con esa linterna cuando tienes ahí una pulsera llena de muertos que hacen que ésta brille!, ¿Por qué no los llamas?

– ¿Vas a continuar con esa bobada?

– Bien, tómalo como quieras, yo solo digo que la pulsera nos puede servir de ayuda.

Sigo alumbrando el camino, hay muchas hojas secas y ramas por doquier, no veo nada de comer por ningún lado, ni siquiera animales peligrosos, lo bueno es que aparte de la linterna nos alumbra la luna. Tons está observando todo y por su expresión ¡Pude ver que encontró algo!

– ¡Hey Mai!, ¡Mira, es un manantial!

Tons corre mientras que yo camino desesperada, eso de correr no es lo mío. Veo que se quita el pantalón y se lanza al agua, ¡Esto es increíble, estamos buscando comida (cosa que es nuestra prioridad ahora) ¡T él quiere perder el tiempo en este manantial!

– ¿Oye, no crees que buscar comida y revisar la zona es más importante que estar aquí ahora?

– ¿Estas insinuando que asearse no es una prioridad?, – Dice moviendo sus manos en dirección contraria del agua.

– No dije eso, solo que aguantas más sin asearte que sin comer.

– ¡Ya, deja de ser tan agria y entra al agua! – Me exclama.

– No se nadar – Respondo apenada cruzando mis brazos y mirando a todas partes.

– ¿Quién dijo que tenías que hacerlo?, aunque si gustas te puedo enseñar.

*Narrado por Tons*

Te vez tan tierna pensando si entrar al agua o no, tu expresión corporal cuando tratas de decidir algo es encantador, espero que decidas entrar, porque nada vamos a perder si eso pasa.

– Maitreyi, ¿Qué estas esperando?, ¿A caso estabas pensando que te pedí que lo hiciéramos, o qué? – Aunque a sinceridad eso no me molestaría – Digo en mi mente.

– ¡Pues claro que no, es que tengo miedo a ahogarme!

– ¡No te ahogarás nena!, ¡Te enseñara el mejor nadador de todo el instituto, entra!

– Está bien, entraré al agua, pero con todo y ropa.

– ¿En serio? – pregunto alzando una ceja – ¡A ver! ¿Y que te pondrás cuando salgas, o como te acostarás en la cobija toda empapada?

– ¡Se te olvida que la cobija también esta empapada!, así que no le veo nada malo que me acueste así, total. Además, yo me las arreglo.

– ¡Eres tan dramática, quítate la ropa y entra al agua!

– Se cuál es tu propósito Tons, pero no eres nadie para estar dándome ordenes, si digo que no, es un no, y entraré a esas aguas como se me dé la gana.

– Me estas retando ¿eh?– Digo en mi mente – No tengo ningún propósito, no sé porque dijiste eso, pero bien, como tu digas, después que no te arrepientas.

*Narrado por Maitreyi*

Entro al agua, ¡Esta helada!, y por lo que veo para Tons no tanto, creo que es la costumbre.

– Bien, ¿lista para tus clases de natación?

– Lo dices como si te había dado una respuesta a eso.

– ¿Entonces estarás aquí parada como un zombi sin hacer nada?

–Si.

– ¡Ay por dios, al menos sumérgete! – Me exclama.

– No se Tons, no me siento bien acá, mejor vámonos a donde dejamos la cobija y las demás cosas.

Tons no hizo caso y comenzó a juguetear conmigo, no sé porque es tan inmaduro y no entiende cuando le hablan, él estaba tratando de sumergirme al agua, y en ese proceso me di un tropezón con una piedra y me hundí, sentía escalofríos y el agua tampoco ayudaba, estaba tan asustada, pero no solo estar en esas agua era la razón.

De pronto vi en el fondo del manantial a una mujer, su piel era canela y su cabello negro y sedoso, ella me miro, ¡Pero no solo eso!, oí su voz porque exclamaba: ¡Maitreyi!, ¡Recuerda que es un blanco, no te vayas a equivocar, no cometas el mismo error que Denali! Mientras la escuchaba el Ágate volvió a brillar, pero una perla de él se desvaneció. Todo fue tan rápido, en menos de un segundo todo pasó, Tons me sacó del agua desesperado, no me salían las palabras, los nervios lo impedían.

– ¿Qué pasó?, ¡Estas toda estérica!, ¡Mai!, ¡Responde por Dios!

Estaba temblando, sentía como si nunca iba a salir de esas aguas, había algo ahí que me atraía, no sé con certeza, pero lo que sí es que no fue nada bueno. Tons me tenía en la orilla del manantial, me sostenía la cabeza mientras que yo deliraba, de un momento a otro no escuché nada, solo sentía que Tons me cargaba e iba corriendo conmigo en brazos.

Creo que todo esto fue producto de mi imaginación, porque ¿Cómo iba a haber una mujer en el fondo del manantial?, ¡Y para el colmo que hable! Lo más extraño de todo esto es que una perla de la pulsera haya desvanecido en el mismo momento que vi a la mujer. Es como si la perla perteneciera a ella, o tal vez solo lo hizo para asustarme. Cada día me confundo más, pero a esto le tengo que encontrar una explicación.

*Minutos después*

– ¡Por fin despertaste!, ¡No sabes lo preocupado que estaba!, ¿Qué te paso?, ¡Te pusiste toda estérica y de pronto te desmayaste, fue todo tan extraño!

Tons no para de preguntarme que pasó, observo que prendió una fogata y que tengo puesto un pedazo de su camiseta que rasgó húmedo en la frente. Estaba despertando, pero sentía que seguía delirando, mi cabeza daba vueltas y todo lo veía borroso. Estaba acostada en la cobija, me senté y mi mano derecha la coloqué en mi frente mientras gruñía.

– ¡La mujer! – Le exclamo – ¡ha, ha, había una mujer en el ma, ma, manantial!

– ¿Una mujer?, ¿estas segura?, porque solamente estábamos nosotros dos.

– Si, y lo más raro fue que me dijo que me alejara de ti.

–¿A sí, eso dijo?, ¿Y porque tendría que decir eso?

– No lo sé Tons, también me mencionó a una tal Denali, si no mal recuerdo dijo que no cometa el mismo error que ella. Todo esto es muy confuso – Suspiro.

– Esto está muy raro, porque los muertos de tu pulsera hicieron que ésta brillara, y en el mismo instante que te hundiste.

– ¿No será que me hundiste? – Le reprocho arrugando la nariz.

– ¡Perdón, pero si estábamos en el agua no era para estar como estatuas aburridas! solo trataba de divertirte pero de verdad, lo siento no sabía que esto iba a pasar, discúlpame por haberte echo pasar ese momento tan horrible.

– Ya paso Tons, olvídalo. Por lo que veo te sirvieron para algo las clases de verano, – Digo mirando la fogata.

– Si, no me puedo quejar, –Dice amablemente.

Tenemos que encontrar la manera de salir de aquí, no llevamos ni siquiera un día y mira todo lo que ha pasado, no quiero ni imaginarme lo que sucederá en más días si nos quedamos. Trataré de ver si encuentro señal con el celular, aunque la batería no durara mucho. Estando aquí no paro de pensar en mis padres, más en Mamá que es la que pasa más tiempo conmigo, como quisiera que estuviera aquí cuidándome, como desearía ver su sonrisa y escuchar las bromas y los consejos que me da.

Nota de la autora:

Tons y los muertos de la pulsera ¡Que gracioso! Okno. La voz del manantial alteró mucho a Maitreyi, pero ¿Que querrá decir con que no cometa el error de Denali?, ¿Quién es Denali?

¡El siguiente capítulo espera por ti!

Rouss Cepeda.