Capítulo 23: Almas

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[OST correspondiente]

A pesar de ser una victoria para la humanidad, y una derrota para los dioses, ninguno de los dos bandos mostraba alegría o enojo. Los dioses, habían sumido sus expresiones a la melancolía y desesperación, tan profunda que aunado al cielo oscuro que se había producido anteriormente por el representante divino, no se vio alterada cuando el sol volvió a salir.

Ni siquiera el presentador se dignaba a dar el veredicto de la contienda, los dioses en las gradas temblaban, pero no de miedo, si no de tristeza. Los dioses en sus apartados especiales, no demostraban emoción alguna. 

Y como muestra de respeto, los dioses no entonaron ningún canto victorioso.

Heimdall: —El... —incluso su voz temblaba, y lo notó, tragó saliva para aclarar su garganta—. El cuarto ganador... es Odiseo.

A pesar de salir triunfante de su batalla, ni él tenía la integridad en plena condición para regodearse por haber matado a un dios. Su cuerpo le gritaba que descansara, pero su mente aún lo mantenía consciente, pero no sería por mucho más tiempo. Porque empezaría a colapsar para caer en seco de espaldas.

Pero la Valquiria se habría apresurado a volver a su forma normal como medio de desunión momentánea, para así, posicionarse detrás del héroe con los brazos estirados hacia arriba para intentar sostenerlo

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Pero la Valquiria se habría apresurado a volver a su forma normal como medio de desunión momentánea, para así, posicionarse detrás del héroe con los brazos estirados hacia arriba para intentar sostenerlo.

Hlokk: —¡Odiseo! ¡Odiseo! —dijo al sentir el peso del humano moribundo sobre sus brazos, no podría mantenerse así por siempre—. ¡Coopera y no me dejes todo el trabajo a mí!

Pero el humano no respondía, y haciéndose a un lado la valquiria consiguiendo reducir el impacto que habría sido, cayó de espaldas. Los golpes de Hércules ya le habían surtido efecto, y el dolor era lo poco que podía servir de prueba para saber si seguía vivo.

Hlokk: —No te puedo dejar aquí para que mueras, ¿Por qué no pudiste tener una armadura no tan pesada?

La valquiria, hablando sola, tomó de las hombreras al humano y haciendo grandes esfuerzos, comenzaría a tirar de él para sacarlo de la arena cuanto antes, una mirada en las gradas veía eso con pena, pero no podía hacer nada.

Llegando a la entrada, la cual también era la salida, la valquiria estaba exhalando grandes cantidades de aire por llevar consigo al humano y su divinal armadura. 

Pero, a pesar de haber guardado varios segundos en tristeza y silencio, las voces temblorosas de los dioses se dirigían hacia ese par, y no solamente sus voces. Nuevamente, los dioses demostraban lo que en verdad eran, pero no era para menos, el gran hijo de Zeus había muerto, y buscarían superar el dolor arrojando piedras al humano y a la valquiria.

Alternate Record of RagnarokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora