[Sábado 3 de abril]
Parte narrada por Isaac Henderson.
—¿Ahora si tienes tiempo para mí? —me recuesto sobre el sofá que hay en la habitación de hotel en donde se está quedando Marianne, mi amiga—. Has estado toda la semana aquí y no me has llamado para salir, soy tu mejor amigo, ¿no es así?
—No te pongas de dramático —se sienta a mi lado—. ¿Qué te pasa? Te siento diferente... No lo sé, como que más raro de lo normal.
—Nada, estoy cansado.
—Mhm... A mí no me engañas, Isaac —achica los ojos—. Ya sé que te gusta la chica que me presentaste el otro día. Es obvio, veía tu cara de bobo cuando ella estaba ahí.
—Cállate, no es verdad.
—Sé que sí lo es, cariño —comienza a jugar con los botones de mi camisa y desabrocha los primeros.
—¿Qué haces? —la detengo.
Me mira con media sonrisa en el rostro y se acerca para besar mis labios, se sube encima de mí, colocando cada pierna suya a mi costado.
—No, basta —la alejo—. Estás con Chloe, no puedes ser tan hija de...
—No estoy con Chloe. Ya lo hemos dejado —intenta acercarse nuevamente a mí para besarme, pero alejo mi rostro del de ella.
—Lo dejan por dos días y luego vuelven —ruedo los ojos—. Y después Chloe se entera de esto y termino yo siendo el malo. Además, quedamos en que dejaríamos esto.
—Lo que te pasa es que no te puedes sacar de la cabeza a Rosalie —alza las cejas varias veces—. Úsame entonces como ella, como si lo estuvieras haciendo con ella.
—¿Estás loca? —hago un gesto extraño y la quito de encima mío—. ¿Cómo es posible que me pidas eso, Marianne? Estás mal.
—Nada, solo quiero tener sexo contigo —se ríe levemente y se saca el vestido en menos de dos movimientos rápidos, quedando en ropa interior.
—Yo no, lo siento —hago una mueca. Sinceramente solo vine a platicar, tener sexo no se me apetece en estos momentos—. Así que, mejor me voy.
Tomo mi chaqueta y me levanto del sofá, beso su mejilla y me encamino hacia la puerta de la habitación.
—Me voy mañana, ¿me acompañas al aeropuerto?
—No sé si pueda, yo te aviso. Adiós.
Cuando salgo de ahí y bajo por el elevador hasta la recepción, veo un par de personas que me miran con sorpresa, luego sacan sus móviles e indiscretamente me sacan fotografías.
No soy famoso como para que hagan esto, estoy harto de me vean como una celebridad y no como lo que verdaderamente soy, un arquitecto.
Pero bueno, no puedo hacer mucho, gente sin nada que hacer hay en todos lados y no se les quitará esa mala costumbre de fotografiar a los demás.
Al salir del hotel, me subo en mi auto y conduzco hacia una cafetería que se encuentra muy cerca del centro de Londres. Me gusta mucho esta cafetería porque me trae recuerdos buenos de mi padre; solía traerme aquí cuando terminaba sus viajes.
Al llegar, el olor a café inunda mis fosas nasales y sonrío levemente, mientras el bonito recuerdo de mi padre, viene a mi mente.
—¡Hola, bienvenido! —una mesera me atiende con amabilidad, luego de tomar lugar—. ¿Desea tomar o comer algo?
—Un café clásico, por favor —menciono y ella asiente con una sonrisa antes de irse hacia la barra en donde preparan el café.
Mi móvil vibra en mi bolsillo y me apresuro a sacarlo para responder a la llamada. Un cliente quedó de llamarme, de hecho, es el hombre con el que quedé de verme antes de mi accidente en el coche.
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Construyendo El Amor (Building The Love)
Teen Fiction«Construyamos juntos nuestra historia de amor» Foissard and Partners es una de las empresas de arquitectura más importantes del Reino Unido y una de las más prestigiosas de todo el mundo. Gilbert Foissard, el dueño de la empresa, cuenta con alrededo...