Capítulo 39.

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[Miércoles 2 de junio]

Parte narrada por Isaac Henderson.

Me encontraba un poco cansado porque ayer tuve que quedarme hasta muy tarde para terminar de digitalizar unos planos. Sin embargo, esta mañana tuve mi dosis de besos que sin duda me han dado ánimos para continuar. Rosalie es como mi motor.

—Tienes que ver esto —cuando salgo del elevador, me esperan Carter, Mark y Justin en la entrada de mi oficina. Carter viene a paso rápido hacia mí y me enseña su teléfono para leer una nueva noticia que ha salido esta mañana en los medios.

“¿Isaac Henderson con problemas de salud mental?”

Tomo el móvil cuando he leído ese título.

No puede ser.

“Según una fuente cercana al famoso arquitecto, él sufre de estrés postraumático y hace poco intentó quitarse la vida.”

Mi respiración comienza a agitarse y siento el dolor en el pecho, es un dolor desgarrante que casi me deja sin aire. Me inclino para apoyar mis manos en mis rodillas y regular mi respiración.

No puede ser, no puede estar pasándome esto.

—¡Hermano!

—¿Te encuentras bien?

—¿Quieres que llamemos a un médico o algo?

Le devuelvo el teléfono a Carter y paso de ellos para ir a mi oficina. Siento un gran nudo en mi garganta. ¿¡Quién rayos se atrevió a decir esto!? ¡Es mi vida privada, maldita sea!

Estoy furioso, mi mandíbula está tan apretada que duele, incluso ya las lágrimas se me han salido por coraje.

¡Nadie tiene el maldito derecho de hacer esto!

—Isaac, mi amor —Rosalie entra rápidamente a la oficina y cierra la puerta detrás de ella—. Ya me enteré. ¿Cómo es que sucedió? ¿Quién pudo haber sido?

—La única que sabía todo eras tú —la miro con seriedad y con lágrimas en los ojos. Una parte de mí se niega a creer en que ella lo hizo, pero no hay manera de que alguien más lo pudiera saber.

Su expresión cambia, ahora está confundida y atónita por lo que acabo de decir.

—¿Estás diciendo que yo...? —se cubre la boca con una mano—. ¿Cómo es posible que creas eso, Isaac? ¿Estás bromeando? ¡¿Qué acaso no confías en mí?! ¡Yo no haría eso jamás!

Aparto mi mirada cuando veo que sus ojos se llenan de lágrimas.

—Sal de mi oficina, por favor.

—No puedo creer que me estés culpando de algo así —dice ofendida y escucho como solloza—. ¡Te juro que yo no lo hice!

—Vete Rosalie, necesito espacio y tiempo—insisto.

Ella se da la media vuelta, pero antes de salir, se detiene para hablar—. ¿Sabes qué? Por más que me duela, una relación no funciona si no hay confianza. Tú no confías en mí, por lo tanto, esto se acabó.

Construyendo El Amor (Building The Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora