Capítulo 2.

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—¿Dices que tu pecho dolía? —me pregunta Christine, la psiquiatra con la que acudo—. ¿En qué parte?

—Justo aquí —señalo mi pecho, un poco hacia la izquierda.

—Es la primera vez que te sucede, ¿cierto?

—Sí —afirmo y la veo anotar algo—. ¿Es parte del estrés crónico?

Hace unos pocos meses me diagnosticaron estrés crónico. Todo empezó cuando de la nada mi cabeza comenzaba a dolerme insoportablemente, sufría de taquicardia y también de ansiedad. Estaba realmente mal, mi salud mental estaba por los suelos y no había causa alguna, o bueno, al menos hasta ahora eso creo.

—Lo dudo —menciona—. Tienes que ir al médico Isaac, esto no podemos tratarlo si antes no hacemos los debidos exámenes. Esto podría ser el inicio de problemas cardíacos.

—¿A qué te refieres?

—A que si no nos damos prisa con el diagnóstico, podría ser peor —dice con voz seria.

—¿Y si se trata de problemas en el corazón? —pregunto—. ¿Hay riesgos de que pueda...

—No nos precipitemos, Isaac —me interrumpe—. Primero tienes que ir con el médico, te voy a recomendar a un cardiólogo que es amigo mío, le hablaré de tu caso y programaremos una cita lo más pronto posible. Por lo pronto, no debes seguir tomando el tratamiento que te di, no es seguro.

—¿Y qué voy a hacer cuando necesite la medicina?

—Sólo piensa en que no la necesitas —me dice—. Porque no lo haces, Isaac. No dependes de ella, ¿de acuerdo?

Asiento con la cabeza.

—Debes estar relajado, sin estresarte, no debes exceder tus horas de trabajo y debes dormir las ocho horas. No bebidas alcóholicas, no drogas, nada que pueda perjudicarte, ¿entendiste?

Vuelvo a asentir.

—Por lo pronto te voy a recomendar que escribas en un diario, ahí plasmarás cómo está tu humor cada día, cómo te sientes, qué es lo que sucede antes de que te dé el dolor, en el caso de que se vuelva a presentar —lo anota en una hoja y me la entrega—. Todas las indicaciones para estos días están ahí, trata de cuidar tu salud para que, si esto es algo de qué preocuparse, no se agrave más, ¿bien?

—Está bien —muevo mi cabeza—. Haré lo posible para estar tranquilo.

—Entonces, nos veremos la próxima —me dice con una sonrisa en el rostro—, te llamaré cuando tenga la cita con el médico.

—Gracias, hasta luego —le dedico una pequeña sonrisa y me levanto de la silla para salir de su consultorio.

Esto parece estar mucho más grave de lo que pensé.






•★•






“¡Hola Isaac! ¿Quieres salir con nosotros a tomar algo? Invitaremos a más personas y la pasaremos bien. Nos vemos en el bar The Artesian en veinte minutos;) -Johnny H”

¿Quién rayos hace reuniones en lunes? Además, ¿justo tiene que invitarme cuando mi salud está empeorando? Maldición, sinceramente sí quiero ir para despejarme. ¿Y si voy? No creo que pase algo malo... Al contrario, servirá para relajarme, ¿no?

Bueno, me arriesgaré.

“Ahí los veo. -Isaac”

Reviso mi armario para buscar la ropa que usaría, decido ponerme unos jeans negros, un suéter blanco y sobre este, un abrigo largo color negro, esta vestimenta la acompañaría con unos tenis blancos que compre recientemente y que en realidad me gustan mucho.

Construyendo El Amor (Building The Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora