Capítulo 27.

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[Jueves 29 de abril]

Parte narrada por Rosalie Larsson.

Luego de terminar mi trabajo, espero por el taxi que he pedido, en la entrada del edificio de la empresa.
La noche está muy tranquila, no hay viento, no hay lluvia, es muy agradable este tiempo.

Reviso mi reloj de mano y noto que ya pasan de las diez y media de la noche, me he quedado haciendo unos pendientes, por ello he salido más tarde. Estoy muy cansada, quiero llegar a casa, darme una ducha y luego dormir.

Un auto se detiene en frente de mí y de él baja el arquitecto Bradley Davis. Ay, Dios mío, ayúdame. Se detiene justo en frente de mí y me mira con una sonrisa en los labios.

—Sube al auto, te llevaré a tu casa —abre la puerta del copiloto—. Anda, ya es muy tarde.

Sinceramente no le tengo mucha confianza. Se ve mucho más mayor que yo, tal vez me lleva unos diez años, sé que eso no tiene nada de malo, pero tal vez podría aprovecharse de ello.

—No, estoy bien. Ya he pedido un taxi, pero le agradezco que se preocupe.

—Sube, puede ser peligroso.

—No, esperaré mi taxi. No se preocupe por mí.

—Rosalie —se acerca demasiado a mí y toma mi muñeca, yo retrocedo unos pequeños pasos—, sube al auto, te llevaré a tu casa.

—He dicho que no. Le voy a pedir que me suelte y que se aleje por favor —intento soltarme de su agarre, él solo me mira y por un momento creo que me sujeta con más fuerza.

—Sube al auto.

Esto ya me da miedo, pero no me voy a dejar intimidar por él. Voy a mantener mi postura y pedirle que me suelte hasta que él lo haga.

—Suélteme, por favor.

Intento quitar su mano de mi muñeca. Él no desiste a mis forcejeos, parece que quiere llevarme a la fuerza. ¿Qué rayos le ocurre a este hombre?

Su agarre se vuelve cada vez más fuerte y por un momento creo que en cualquier momento actuará para subirme a su auto sin mi consentimiento.

Estoy a punto de soltar un golpe en su cara, pero de repente escucho unos pasos rápidos hacia nosotros, giro mi cabeza e Isaac aparece en mi campo de visión.

Gracias a Dios.

Isaac se interpone entre nosotros, hace que me suelte y maniobra muy rápido, cuando veo, ya está torciendo el brazo de Bradley.

—Te dije que te alejaras de ella, imbécil —tuerce su brazo más fuerte y Bradley ahoga un grito de dolor—. ¡¿Te lo dije o no?!

—Isaac, suéltalo. Te vas a meter en un problema.

—¡Rosalie quiere estar conmigo! ¡Yo no la estoy obligando a nada! —grita, ¿qué carajo? ¿Qué le pasa?—. ¿Verdad, Rosalie?

Isaac me mira, esperando mi respuesta. Yo solo niego con la cabeza, y cuando me ve hacerlo, aprieta más su brazo.

—Eso no es que yo vi —lo deja incorporarse y luego golpea su rostro, dejándolo casi en el suelo—. ¡No te vuelvas a acercar a ella! ¡Te lo advierto Bradley Davis! Porque si lo haces, no sabes lo que soy capaz de hacer.

Mi respiración sigue agitada por el miedo que he tenido ante Bradley. Isaac me extiende su mano y la tomo sintiendo la calidez que le caracteriza. Me guía hacia su auto, que está algo lejos de donde estábamos anteriormente.

—¿Estás bien? —me mira de arriba hacia abajo, asegurándose de que me encuentre bien—. ¿Te hizo daño?

—No, estoy bien —intento regular mi respiración, inhalando y exhalando profundamente—. Gracias por llegar a tiempo, yo no hubiera podido quitármelo de encima.

Construyendo El Amor (Building The Love)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora