Construyendo El Amor (Building The Love)

Capítulo 46.

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[Miércoles 28 de julio]

Parte narrada por Isaac Henderson.

—¿Has hablado ya con Rosalie sobre esto? —me pregunta Mark, poniendo su vista en mí, él está muy pensativo después de comentarles a él y a Carter de que muy pronto me iré de Londres—. Entiendo que sea importante para tu salud recuperarte, pero también piensa en ella, podría sufrir mucho.

—Aún no sabe —murmuro y trago un poco de saliva—. Y sé que será difícil separarnos para ambos, pero quiero recuperarme para darle todo lo mejor el resto de mi vida.

—Bueno... Si ya has tomado la decisión y si crees que eso es lo correcto, yo te apoyo —Carter palmea mi hombro—. Siempre te voy a apoyar porque eres mi mejor amigo, Isaac.

—Te lo agradezco Carter.

—Yo también te apoyo —menciona Mark—. Siempre y cuando te recuperes para cuidar bien de Rosalie, sabes que me preocupo mucho por ella, no soportaría verla sufrir.

—Estoy dispuesto a enfrentar mis enfermedades por ella, tenlo por seguro —afirmo—. Quiero entonces pedirles el gran favor de que la cuiden mientras yo no estoy. No sé si serán varios meses o incluso hasta más tiempo, pero quiero que ella tenga todo lo que necesita y que no se sienta sola en ningún momento. Siempre invítenla a salir con sus parejas, diviértanse, pero jamás la dejen sola. Confío en ustedes, Carter como mi mejor amigo, y Mark, como el mejor amigo de Rosalie. De verdad confío en ustedes.

—No tienes que pedírmelo, yo cuidaré bien de Rosalie —responde Mark con seguridad.

—Yo también lo haré, no te preocupes por nada.

—Les agradezco mucho a ambos —me levanto de la silla y me acomodo el saco—. Tengo que irme para recoger mis cosas. Aún no me despido de ustedes porque aún no me voy de Londres, aproximadamente me voy el fin de semana.

—Bien —Mark asiente con la cabeza—. Dícelo a Rosalie lo más pronto posible.

—Lo haré —me encamino hacia la puerta de la oficina de Mark y salgo de ahí.

Cuando entro a mi oficina, una oleada de recuerdos regresan a mi memoria. Tantas cosas he vivido aquí, tantos buenos y malos momentos, tantas risas y tantos enojos, tantos proyectos diseñados aquí. Durante cuatro años mi trabajo ha sido de las cosas más importantes que he tenido en mi vida, siempre he sido muy dedicado y todo es porque en realidad amo lo que hago. Sin embargo, las cosas han cambiado, no quiero decir que ya no disfruto lo que hago, pero me desanima el hecho de que no puedo concluir nada, no puedo trabajar tranquilamente en algún proyecto porque de repente sucede algo con mi salud que me impide continuar. Eso es desesperante, por eso quiero dejar de darle prioridad a mi trabajo y enfocarme en mi salud.

—Hola Isaac —la voz de Gilbert me hace detener mis pensamientos, me giro hacia la puerta para verlo y escucharlo—. ¿Te vas desde hoy?

Señala las cajas en donde he empacado mis pertenencias.

—Sí, vine a recoger mis cosas.

Él asiente levemente con su cabeza y me extiende un folder negro—. Nuestro contrato ha quedado en pausa, lo he hablado con los abogados de la empresa y me permitieron hacer una pausa con tus horas de servicio.

—No te dije que lo pausaras, Gilbert —murmuro viendo el documento—. Te dije que lo anularas, no sabemos cuánto tiempo me llevará el recuperarme. Durante este tiempo puedes firmar contrato con algún otro arquitecto que ocupe mi lugar.