˗ˏˋ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐐𝐮𝐢𝐧𝐜𝐞 ˎˊ˗

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Reino Italia se apartó del alemán, dándo unos pasos hacia atrás. Agradeció a las personas que traían el ataúd, asintiendo con su cabeza, limpiando sus lágrimas una vez se fueron de ahí.
El británico dirigió su vista a su esposo, frunciendo su ceño. Desde un inicio quiso aniquilar al italiano, ¿Y ahora le hacían ese tipo de favores? Ya demasiado era con dejarlo vivo, y haberlo dejado ver a los hijos de sus amigos psicópatas. ¿Qué más quería?

Francia se separó de su marido, caminando lentamente hacia donde estaba el italiano, con una sonrisa amplia y sincera envolviendo su rostro.──Reino Italia, puedes venir a verlo cuando quieras. Se mantendrá aquí durante un tiempo hasta que decidamos qué hacer, ¿Si?──murmuró cerca de su oído, apoyando su mano en el hombro del mayor.

Este se giró, algo sorprendido, pero luego sonriendo con dulzura. Sus orbes demostraban la mezcla de alegría y tristeza que portaba en esos momentos.──Gracias.──asintió junto a su respuesta, ambos se miraban fijamente.

Reino Unido y España se miraron mutuamente, sin poder creer lo que estaban viendo. ¿Francia y Reino Italia se estaban sonriendo mutuamente? Eso probablemente quedaría para la historia. Pero, España, por otro lado, no dejaba de observar esa hermosa sonrisa. Creía que nunca se cansaría de ver su perfecto rostro.

Pensaba en maneras de poder hacerlo feliz, para que sonría más seguido.

Salió de esos pensamientos magníficos cuando notó que el francés e italiano se acercaban a ambos, eran algo parecidos, sus pasos se coordinaron rápidamente, hasta parecía que eran amigos de toda la vida. Sus caderas se movían levemente de un lado al otro.──Todo está en orden, cabelleros.──rió suavemente Francia, viendo ahora a España.──Pueden retirarse si lo desean, deben ir a otro país, ¿No?──ladeó su cabeza, creía recordar que debían ir a un país pero no a cuál, específicamente.

──Si, de hecho es SurCorea.──el italiano rió, limpiando rápidamente una lágrima que había caído en su mejilla. La cara de Francia no pudo ser ignorada, se notaba que iba a estar difícil ese día.──Será mejor que vayamos ahora. Nos deben estar esperando.

España asintió, despidiéndose de sus amigos, comenzando a caminar, cuando notó que Reino Italia no lo seguía. Se giró, curioso, notando rápidamente que estaba hablando con el francés.──Oye, sé que Corea aveces es algo... egocéntrico. No dejes que te moleste, no hagas que te meta en problemas.──le explicaba, sabiendo que el italiano estaba algo sensible ese día. Y también sabía que hablar con SurCorea es tener ganas de golpearlo con cada palabra que suelta.

El albirojiverdozo asintió, entiendiendo a lo que se refería.──Si, está bien. No te preocupes, sé cómo es él. De todas maneras, sólo iré a hacer mi trabajo.──le respondió con mucha sinceridad. En verdad, era consciente de lo molesto que sería el surcoreano en esos momentos, de por si ellos se llevaban demasiado mal y, con todo lo sucedido, era peor.

Finalmente se despidieron, el italiano caminó junto al español.

Reino Unido vio a su pareja, el cual estaba muy sonriente aún despidiéndose del italiano con un gesto de manos a lo lejos.──Adieu!──cuando ya no lo vio más, se giró para así ver a su marido con una sonrisa, luego dejando de sonreír.──Uh, ¿Qué pasa?──no tardó en notar la mala vista del británico, algo le estaba pasando.

──¿Cómo que qué pasa?──frunció su ceño enfadado, negando con su cabeza.──Francia, ¿Por qué le hablas como si fueran amigos? ¿Acaso ya olvidaste todo lo que dijo e hizo?──nisiquiera lo dejó responder, volvió a quejarse de lo sucedido.──Tienes que dejar de ser tan amable con todos.

𝐀𝐠𝐠𝐢𝐮𝐬𝐭𝐚𝐦𝐢  ᯽ EspañaxItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora