˗ˏˋ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐢𝐧𝐜𝐨 ˎˊ˗

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Se mantuvieron por una hora y media merendando juntos en la mesa. Al acabar, levantaron las cosas, guardaron el pastel y limpiaron los trastes.──España, ¿Tienes un costurero?──preguntó el italiano, asintiendo el otro.──¿Puedes prestarmelo?──Este confundido asintió nuevamente y se agachó sacandolo de uno de los cajones. Se lo entregó, agradeciendo el otro, quien se fue nuevamente a su habitación.

España se dirigió al sofá y se sentó en este, tomando un libro novela y comenzando a leerlo luego de ponerse sus lentes, hacía días que quería saber qué pasaba con el personaje principal.

Mientras, en otro lado, se encontraban varios países en una reunión importante, eran los países de la primera reunión. Estaban discutiendo sobre lo que debería hacer el italiano primero.──Primeramente y como mencionamos en la primera reunión, el deberá ayudar a cada uno de los afectados haciendo movimientos de calidad y ayudando en las obras ya sea estructurales o de limpieza.──comenzó la charla el francés, acomodando unos papeles frente a él.──Hay que repartirle los días de forma perfecta para que no sea explotado pero que pueda cumplir con todos a su vez.

Y así fue como fueron divididos los días: trabajaría dos días a la semana en construcciones y uno en ayudar a la gente afectada. Primero empezaría con Noruega, luego Egipto, Francia, Reino Unido, Corea del Sur, etc.
Empezaría la próxima semana, para así que comience todo de seguido.

Conversaron un rato más pero esta vez del cómo estaba él. Francia contó lo que les dijo el español cuando estaban en su casa, que no se había despegado del cuerpo desde que llegaron.──¡¿Ven?! They should hace given me the body.──pronunció el estadounidense, cruzado de brazos con una sonrisa victoriosa.

──전혀 아닙니다! 나도 원했어. [ Para nada! Yo también lo quería. ]──contra-atacó el sudcoreano. Le tenía un odio inmenso a aquel imperio, al igual que todo su pueblo, también lo quería como trofeo.

──we can distribute it, half and half.──propuso el de cincuenta estrellas.

──거래. [ Trato. ]──respondió el asiático con una sonrisa.

Estaban apunto de estrechar sus manos, pero fueron interrumpidos por el inglés.──¡No! No dealings.──ambos jovenes bufaron cruzados de brazos, y en caso del de tez clara, de piernas.

──Una idea se nos vino a la mente, y esta es la de formar una organización para así promover la paz entre todos, que estas cosas ya no vuelvan a suceder.──continuó el francés.──Pero necesitamos de su ayuda.

Un par de palabras más y la reunión dio fin, iban a reunirse nuevamente en unos días. Cada quien se fue para su lado, al menos ya todos estaban de acuerdo con eso de perdonar a Reino Italia y que los ayude con los arreglos mayores de sus pueblos, eso era una ventaja grande para todos.

Mientras tanto, en el territorio y la casa del bicolor español, España estaba aún leyendo su libro. El reino italiano yacía en su habitación con la aguja e hilos, desnudo. Estaba achicando las prendas que le había prestado el español, recortanto por aquí y por allá. Lo estaba confeccionando casi todo nuevamente. Finalmente y luego de un rato, terminó todo por completo.

Sonrió leve levantandose para así probarse las prendas. Se aproximó al espejo comenzando a observarse en este, la ropa le quedaba mucho mejor ahora: el pantalón le quedaba perfectamente bien en la cintura, había logrado que sea de tiro alto; la camisa podía meterla un poco dentro de este. Le quedaba todo tan genial, le remarcaba a la perfección las curvas.

Soltó un suspiro entrecortado, girandose y viendo ahí al Imperio en la cama. Volvió a sentir levemente, acercándose a él y sentandose a su lado, apoyando la cabeza de este en sus piernas. Acarició su cabello y mejillas con suavidez, estaba frío.──¿Ti piace, Impero? ¿Mi sta bene?──murmuraba acariciandole el rostro con sus dedos pulgares.──Mi machi così tanto...──y fue casi inevitable que una lágrima cayera a su rostro, seguida de otra, y otra, y otra...──Ho bisogno di te al mio fianco, voglio baciarti e dire cose carine...──Más lagrimas desbordaban por sus mejillas, su nariz sorbaba.──p-perché sei dovuto andare...? P-perché? Perché?!──tiró su cabeza sobre el pecho del japonés, llorando sobre este.

𝐀𝐠𝐠𝐢𝐮𝐬𝐭𝐚𝐦𝐢  ᯽ EspañaxItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora