˗ˏˋ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨 ˎˊ˗

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Al día siguiente en la mañana, ya las ocho con veinte minutos, fue que el italiano despertó. Abrió sus ojos lentamente, sentandose en la cama y estirando así sus brazos hacía arriba. Sus huesos tronaron un poco, soltó también un prolongado bostezo. Había dormido demasiado bien.

Miró a su lado tallandose un ojo, viendo ahí al imperio. Puso una cara un poco triste, acariciandole le mejilla con un dedo. Miró la ventana, los rayos del sol entraban débilmente por la persiana. Miró a su alrededor, no sabía qué hora era ya que no habían relojes. Se levantó aún tallando su ojo, abriendo la puerta y mirando a su alrededor: no había nadie. Caminó unos pasos dirigiendose a lo que parecía un baño, habían dos juntos. Entró al más cercano, pudiendo hacer ahí sus necesidades.

España que se encontraba abajo desayunando escuchó el ruido de una puerta cerrarse. Curioso de que haya sido el italiano se levantó de su lugar, subiendo las escaleras y mirando en dirección al baño. Se adentró un poco más en la sala acercandose al baño, hasta que la puerta se abrió y quedó frente a frente con el reino. Ambos se sobresaltaron, dando un paso hacia atrás.

──Hombree, al fin despiertas.──sonrió el español, sin obtener respuesta. Rió.──Anda, vamos abajo, estaba desayunando.──se giró dirigiéndose escaleras abajo hacia la cocina-comedor.

Italia se quedó confundido en su lugar. Bajó las escaleras agarrado del barandal, hasta llegar al último escalón. Observó la sala detenidamente, la mesa tenía unas galletas de agua con quesos saborizados y frutas.

( Mood;; Cabe destacar que no tengo ganas de buscar la fecha de creación de cada cosa, ya demasiado suficiente es haber buscando la creación de las persianas 😔 tinkiu, los quiero muchio ♡ )

──¿Café o té?──preguntó el español haciendolo volver a la realidad. Se quedó mirandolo, sin decir nada.──Te he preguntado si té o café.──aún mantenía una sonrisa en su rostro.

──C-Café...──tartamudeó el reino, rascandose la nuca.

──¿Solo o con leche?

──Con... Con leche.

──Perfecto, toma asiento.

Se sentó en la silla de la punta, que estaba al lado de donde aparentemente se ubicaba el bicolor, quien en unos segundos le entregó el café, sentándose nuevamente. Italia dio las gracias y le dio un sorbo al líquido, sin dirigirle la mirada al otro. Este último se dedicaba a mirar al italiano sin un poco de disimulo, apoyando su codo izquierdo en la mesa y su mejilla en la misma mano; mantenía una sonrisa sin mostrar los dientes y un pequeño brillo en sus ojos.

Italia lo miraba de reojo por milisegundos, sentía esa mirada en él y le incomodaba. Hasta que se dignó a hablar.──¿Por qué me miras tanto?──cuestionó finalmente, dejando la taza en la mesa y ahora mirandolo él, conectando miradas.

──Solo me agrada que quieras desayunar conmigo.──explicó con simpleza el español, aún mirandolo. Italia relajó los hombros y soltó un suspiro, terminando de beber su café con lentitud.

Afuera hacía un mal día, estaba lloviznando con viento frío y parecía que se aproximaba una tormenta eléctrica. Era un hermoso día para quedarse en casa frente a la chimenea, tomando café y viendo películas hasta quedarse dormido. Lastima que estos dos adultos no podían hacer eso, no podían tomarse esos pequeños lujos.

El silencio reinó entre ambos, era muy incómodo a decir verdad, aunque a su vez podía ser relajante. España afinó la vista y observó el cuerpo del mayor: su rostro contaba con unos golpes secos, su cuello chupones y arañazos, y sus manos se podían ver marcas de cortes.──¿Pasaste por mucho, eh?

𝐀𝐠𝐠𝐢𝐮𝐬𝐭𝐚𝐦𝐢  ᯽ EspañaxItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora