˗ˏˋ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐍𝐮𝐞𝐯𝐞 ˎˊ˗

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España se había sentado en la mesa mordiendo sus uñas, pensando en que no quería que el italiano se enfadara así con él. Quería ir a hablarle, sin embargo estaba nervioso: movía sus piernas involuntariamente, se encontraba muy inquieto, temeroso de lo que pudiera pasar.

"A ver España, esto no puede quedar así, tienes que hablar con él."

Asintió con su cabeza y se levantó comenzo a subir las escaleras. La ducha ya no se escuchaba, podía suponer que era porque ya estaba en su habitación. Reino Italia, desde dentro, yacía sentado sobre el borde de la cama con una pierna sobre la otra. Toalla enganchada en su cintura, maldiciendo su cuerpo.

"Maldita sea, ¿Justo ahora?"

Algunas heridas se habían abierto, provocando que sangraran levemente, no tanto pero si ardían un poco. Nada que no pudiera aguantar después de todo lo vivido, sin embargo era incómodo y tedioso. Chasqueó su lengua mirando una herida larga en su abdomen, pensando en qué podría hacer.

El español tocó la puerta con su puño suavemente.──ah... pasa...──pronunció el italiano, sin prestar atención a nada más que su herida. Cuando el bicolor se adentró, fue que él entró en razón.──¡No, no! Esper-──demasiado tarde, España ya había entrado.

Frunció ligeramente su ceño apoyando sus brazos sobre la pierna que descansaba sobre la otra, mirando a la pared de enfrente.──Qué quieres.

──B-bueno, venía a que charlaramos... Bueno! No charlar, osea sí pero, me refiero a aclarar las cosas que entendiste mal y- e-espera, ¿Qué te pasó?──caminó aproximandose a él, sentandose a su lado y tomandolo de las muñecas para así apartarlas de su cuerpo y poder presenciar lo que ocurría.──¿Por qué no me avisaste? Mira nada más como estas.──Reino Italia iba a decir algo pero el español ya se había retirado de la habitación. Bufó.

Pocos segundos después fue que España regresó con alcohol, vendajes y otros.──España, no es necesario. Además aún sigo enojado contig-

──Shh déjeme.

España comenzó a curar las heridas de este con sumo cuidado, eran muchas y parecían ser muy dolorosas. El italiano lo miraba de reojo y otras veces solo al suelo o al frente, no podía hacer absolutamente nada, España no se lo permitía. Pasaba algodón, cremas y otros sobre sus lastimaduras con total delicadeza, algunas cosas se las ponía con los dedos y también era una buena excusa para poder tocar su piel, sin embargo, estaba más preocupado por ayudarlo.

──Y... ¡Listo!──sonrió guardando las cosas en una pequeña caja. Reino Italia observó su cuerpo con algunas vendas bien colocadas y cremas en otros lados.──... Aún estoy enojado.──murmuró cruzando sus brazos.

España se incorporó en la cama.──Escúchame, no me has dejado terminar de hablar, y todo puede mal-interpretarse.──El tricolor no lo miraba.──Me refería a que estaba mal pero por ti, porque vales mucho, tu cuerpo es hermoso, tú eres guapísimo en general, y no me has dado la oportunidad de conocerte pero estoy seguro de que también puedes ser una grandiosa persona.──Reino Italia poco a poco comenzó a mirarlo, sorprendido de tales palabras.──Eres hermosísimo y muy valiente tío, me da una rabia tremenda que ese idiota te trate así y que además haya tenido esa oportunidad absurda de poseerte.

Reino Italia soltó un suspiro entrecortado, mirando sus manos. Ambos cuerpos estaban en una buena posición como para tenerse de frente estando sentados uno al lado del otro.──Y lo digo enserio, eres todo lo que he dicho y más, que eso no te lo saque nadie de la cabeza.──el italiano elevó el rostro conectando orbes unos momentos, para luego cerrar sus ojos y sumergirse en sus pensamientos, soltando un suspiro entrecortado.

𝐀𝐠𝐠𝐢𝐮𝐬𝐭𝐚𝐦𝐢  ᯽ EspañaxItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora