˗ˏˋ 𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐞 ˎˊ˗

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No veía nada. No lograba ver nada en aquel espejo que, según me contaba varias veces mi tan prestigioso nipón, era en verdad un regalo que atrapa entre sus cristales y adornos el eterno amor que pueda poseer todo el sentimiento de una persona. Cerré mis ojos, viendo mucho más ahora. Lograba visualizar reflejos de toda mi vida, todo lo vivido, absolutamente todo, como si estuviera documentado en un viejo cassette el cual se rebobina una, y otra, y otra vez, hasta el fin de las eternidades, ¡precisamente como ese amor atrapado en el espejo!

No quería abrir más los ojos. Estaba en frente de Imperio Japonés, lo estaba viendo, abrazando, acariciándole aquellos cabellos finos y largos que tenía, su rostro estilizado y pequeño, aquellos ojos coloreados de rojo que tanto amaba. No podía pronunciar nada, y él tampoco me hablaba, como casi siempre solía hacer. Sólo me miraba, y a veces me sonreía. Esa sonrisa que tanto amaba, no quería dejar de verla.

Pero esa imagen se corrompía. No podía sostenerla por mucho más tiempo. Apreté mis puños y tomé fuerzas para abrir mis ojos. Pude verme en el reflejo. Me veo ridículo, lleno de lágrimas y mi nariz roja por el llanto. No pude evitar sollozar y apretar mis labios para tratar de no soltar ruidos, casi cayendo al suelo cuando mis piernas flanquearon. Me sentía indefenso, y odio esa sensación. Golpeé el tocador con mi mano y luego tiré todo lo que había allí, tratando de sacar el enojo que en mi ser residía.

Pero, ¿por qué estoy actuando así? Se supone que soy un adulto responsable de mis acciones. Me molesta eso. Me molesta mi obligación a ser libre. Mi padre hablaba mucho de eso, recuerdo. Estamos obligados a ser libres, y por ende, a tomar decisiones. Y aunque queramos dejarlo en manos de alguien más, ¡también estaríamos decidiendo eso! Cuanta razón tenías, padre. Tenías razón cuando me decías que debía prepararme bien, que el mundo fuera es duro y que no es fácil gobernar un reino.

──Por eso perdí tus tierras.──suspiré apenas pude hablar, viendo mi mano con algo de sangre por un perfume que rompí. Me limpié con un papel del baño y decidí salir del cuarto para buscar, aunque no quisiera, a España. Sabía que había hecho mal, y quizás debería empezar a arreglar mis problemas de una vez en lugar de ignorarlos e irme a otro lado. Estuve mal, otra vez. Me enojé y dije cosas que no debía haber dicho. Pero, España... ¿Por qué me hizo eso?

Sentí mis ojos llenarse de lágrimas otra vez. Mi mente no tiene la capacidad suficiente para superar lo que me está pasando. No puedo perder a alguien más, ¡no puedo, no quiero! Juré protegerlos, y al final, todos están muertos. Incluso yo lo estoy, muriéndome por dentro cada vez más hasta que siento mi pecho arder en llamas por el infierno en el que me encuentro, y el cual brota cada vez más y más hacia el exterior hasta dejarme como nada más que un carbón blanco y ya exhausto del uso.

──¿España?──murmuré en la cocina, pero no estaba.

──¿España?──me asomé en la sala de estar, pero no estaba.

──¿España?──entré a la biblioteca, pero no estaba.

──¿España?──subí al pasillo de los cuartos, revisé uno por uno y, nada.

España no estaba en la casa.

Pensé en que quizás esa era la señal que necesitaba para ya no acercarme a él. Me fui al segundo sitio que revisé y me senté en el sofá, tomándome los cabellos con las manos. ¿Cuál es la razón de mi dejar de sentir? Lo único que siento, aunque parezca ilógico, es vacío.

──Reino Unido, ¡¿Qué carajos te pasa?! ¡Eres un estúpido! ¡Acabas de arruinarlo todo! ¡¿Cómo se te ocurre quitarle el cuerpo a Italia así nada más?! ¡Eres un imbécil, por Dios!

──¡Francia, es por el bien de todos, entiéndelo! No lo hice con maldad, te lo prometo, es sólo que-

──¡¿Es sólo que qué?! ¡¿Quién es el anfitrión aquí, Bretaña?! ¡Soy yo por algo, estúpido! ¡Iba todo bien, hasta que tú te metiste! ¡¿Ahora yo qué voy a hacer con este fiambre aquí, eh?!──señaló el cuerpo que estaba tras él, en una vitrina de cristal, como si de una muestra de museo se tratara.──¡Te odio!

𝐀𝐠𝐠𝐢𝐮𝐬𝐭𝐚𝐦𝐢  ᯽ EspañaxItaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora