Algo está pasando...

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Erina había ido a visitar a los Joestar con una cesta al enterarse de lo ocurrido. Cuando leyó la carta de Jonathan contándole lo sucedido se sintió sumamente preocupada por la salud de la familia y triste por la mascota de los Joestars. Las veces que había visitado la mansión, el perro le saludaba alegremente y le gustaba jugar con el cuando Jonathan lo llevaba cuando quedaban. Ella no tenia una mascota pero se podía imaginar lo difícil que seria perder una y esperaba que ese momento no hubiera llegado aun para sus amigos.

Cuando llego, uno de los sirvientes le guió a la habitación de Dio y le pidió que esperara fuera mientras avisaba sobre su llegada. Después de unos minutos el sirviente salió e indico que podía pasar, por lo que entró. Dentro se encontraban los dos chicos jugando al ajedrez, el rubio sentado dentro de sus sabanas y Jonathan sentado con las piernas cruzadas encima de ellas y una manta sobre sus hombros, en frente del otro. Al peliazul se le formo una sonrisa al verla, eso no le gusto a Dio pero intento disimularlo saludando a la visitante. 

-Hola Erina, espero que la ventisca no haya sido tan peligrosa para ti.

-Tranquilo, yo me  quedé en casa segura junto a la hoguera. He traido esto para vosotros.

La muchacha tendió la cesta al peliazul, quien la cogió y con su mano levanto el trapo, para ver su contenido. Dentro habian varias manzanas de un tono rojizo, uvas verdes y fresas. Los muchachos agradecieron aquel detalle y Dio cogió una manzana para saborearla, seguido de Jonathan quien opto por unas uvas.

-Estas están mejor que las primeras que me diste porque puedo disfrutarlas con vosotros. Aunque no me las merezco ahora...- Bajo la cabeza para esconder que sus ojos empezaban a humudecerse. 

Entonces algo lo golpeo en la nuca y rápidamente levanto la cabeza para ver el rostro preocupado de Erina y la expresión enfadada de Dio.

-¡Di-dio!! Por que le has pegado!?!?!?

-¡Porque se lo merece! Lo hecho hecho esta, no tiene sentido seguir culpándose, lo que tienes que hacer ahora es aprender te tus errores, lamentarse es MUDA MUDA MUDA MUDA MUDA MUDA MUDA MUDA MUDA!!!!! (Muda=Inutil, por si acaso XD)

-¡Pero esa no es razón para pegarle!

-Pfff... JAJAJAJAJAJAAJAJ

Los dos rubios se sorprendieron por aquella reaccion y lo miraron extrañados, pero el peliazul  siguio riendo a carcajadas.

-¡Que alguien llame a un doctor! Jonathan a empezado a convulsionar!- Dijo Dio con tono burlon y empezaron a reír.

Sin previo aviso y de manera escandalosa dos sirvientes entraron a la habitación gritando a la vez, causando que las risas del trío cesarán, y  los mirarán asustados. Al parecer el joven Brando hablo muy alto y los sirvientes que estaban vigilando la puerta pensaron que se trataba de una emergencia y entraron dispuestos a llevarse a Jojo al hospital. El joven Brando tuvo que explicarles que solo era una broma y que todo estaba bien. Eso enfado por razones obvias a los sirvientes, los cuales los regañaron y amenazaron con contárselo al señor Joestar pero Dio consiguió tranquilizarlos, prometiendo que tendrían más cuidado, por lo que abandonaron la habitación a regañadientes. Pero nada más salir los jóvenes empezaron a reírse  hiciendo lo que pudian para contener la risa y no volver a alertar a los sirvientes de la mansión.

Y así pasaron toda la tarde riendo y comiendo de las frutas que la dulce Erina había traído, pero ya se hacía tarde y su amiga tenía que irse. Se puso el abrigo que traía al venir y junto a una sirvienta que le acompaño y despidió se dirigió rumbo a su casa. Se alegraba de que sus amigos se encontrarán bien pero se había fijado en que los jóvenes actuaban de manera ligeramente extraña pues aún que eran momentos breves, habia visto como Jonathan miraba a Dio para después apartar la mirada rápidamente con un notable sonrojó y para disimulalo apartaba la mirada a la cesta para comer un poco. Algo que había notado también era que cuando el joven Joestar no dejaba de recordarle que la fruta estaba muy buena y que le diera las gracias a su madre de su parte la cara del rubio se veía molesta y rápidamente contestaba con un "yo te salve la vida y solo me has dado un gracias" o "si tanto te gustan sus frutas mudate a su casa", pero rápidamente las convertía en bromas haciendo movimientos exagerados y dramáticos. Entonces Jonathan se reía y le contestaba con un "No seas estúpido Dio, tu me salvaste la vida, eso no lo haría la madre de Erina."

Definitivamente había algo entre ellos dos y estaba dispuesta a descubrir de que se trataba.

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Pensaba que este capítulo tardaría más en publicarlo pero por suerte aquí lo teneis OwO También quería decir que los comentarios que hacéis son 1000/10 me río mucho XD

enamorando a un Joestar (JonaDio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora