Requiescat in pace

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Y el temor de Jonathan se cumplió, tres días después del incidente, tres dia después de que Danny fue hospitalizado una carta llegó a la mansión Joestar anunciando la muerte de Danny.

Uno de los sirvientes se lo llevó a George y cuando este la leyó le entristeció y se preocupó por la reacción que su hijo podría tener ante aquella triste noticia. Se dirigió a su habitación pero en el camino el mismo sirviente que le dio la carta le aviso que su hijo estaba en la habitación de Dio. Al señor Joestar esto no le sorprendió pues desde que el incidente pasó está situación se había repetido varias veces, se alegraba de que aquel incidente hubiera traído algo bueno, un lazo más estrechos entre ellos dos.

Llegó a la puerta y tocó suavemente, la voz de Dio respondió con un "pase" y así lo hizo. Al entrar vio a los dos jóvenes jugando a cartas, Jonathan cubierto con una manta y Dio dentro de su cama. Se les veía animados, el señor Joestar dudo en decírselo pero en el fondo sabía que como padre era lo que debía hacer. En momentos así deseaba que su esposa estuviera junto a él, pero la vida no siempre era justa.

-Ha llegado una carta del veterinario.- Mientras lo decía miro a su hijo y pudo notar como se tensaba-Danny a fallecido...

Jonathan se levantó rápidamente y salió de la habitación corriendo.

-Jojo!

-Sera mejor que lo dejemos solo por ahora, Danny fue la única compañía que Jonathan tuvo antes de que llegarás-Dijo cuando el joven Brando intentó seguirlo.

Dio no mentiría si dijera que la muerte de aquel perro le era indiferente, quizás si que se sentía un poco mal por el pero lo que de verdad le preocupaba era el. Pensó que por ahora le dejaría solo como el señor Joestar pidió pero cuando todo se relajara iría a visitarlo.

 Pensó que por ahora le dejaría solo como el señor Joestar pidió pero cuando todo se relajara iría a visitarlo

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Jonathan estaba devastado por la muerte de su mascota. Cuando salio de la habitación del rubio se dirijo corriendo a la suya y lloro hasta dormirse. Cualquiera que lo viera se sentiría mal al verlo de aquel modo, tumbado en su cama temblando y con los ojos hinchados y por experiencia digo que mas adelante sus ojos le arderían a causa de aquel llanto incontrolable. Jonathan recordaba como fue la primera vez que vio a aquel perro.

Tenía unos seis años y se encontraba llorando porque unos niños se habían burlado de el por no tener una madre. Jonathan era un niño muy solitario que debido a las riquezas de su familia los demás niños le tenían envidia y su fallecida madre constantemente era razón por la que se burlaban de el. Su infantil cabeza no podía entender porque le pasa aquello y pensaba que quizás era su culpa, que había hecho algo mal. Todas las noches el pequeño rezaba para que alguien viniera ha hacerle compañía y en aquel día sus plegarias finalmente fueron escuchadas, pues mientras lloraba un perro se le acerco e intento animarlo mientras sollozaba. El pequeño se asustó al principio pero no tardo en acariciar al perro, cosa que fue recidiva con alegría por el y empezó a saltar y lamer su cara. Jojo se rió y su tristeza se desvaneció rápidamente, era lo que él necesitaba y corriendo lo guío a la mansión para enseñárselo a su padre.

Entró en la mansión y subió corriendo a la oficina de su padre y ahí estaba el rodeado de papeles escribiendo algo.

-Padre! Mira que perro tan bonito. ¿Puedo quedarmelo? Por favor....

George Joestar levantó la mirada y observo a su hijo con un perro sucio y delgado. Al principio pensó que su hijo no debería de estar con un perro callejero como el, que si su hijo quería un perro podrían haber ido a buscar uno mejor. Pero su hijo se veía tan feliz con el... El señor Joestar era consciente de que su hijo tenía problemas en hacer amigos y debido a su trabajo tampoco podía pasar mucho tiempo con el. Finalmente decidió que si ese perro hacia feliz a su hijo, no era nadie para impedírselo, podían limpiarlo y educarlo para que fuera digno de una familia como la suya.

-Esta bien Jojo, si te hace feliz puedes quedartelo, pero dile a un sirviente que te ayude a limpiarlo, no quiero que ensucie la mansión.

Jonathan se puso muy feliz y abrazo a su padre con mucha fuerza. Después salió de la habitación y como le pidió su padre, junto a unos sirvientes aseo al perro y le dio de comer.

-Debo de ponerte un nombre.... ¿Te gusta Danny?- Al momento de decirlo el perro empezó a saltar alegre- ¡Entonces te llamaras Danny!

Al día siguiente Jonathan ya estaba más calmado y mientras la familia desayunaba pidió perdón por la reacción que tuvo

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Al día siguiente Jonathan ya estaba más calmado y mientras la familia desayunaba pidió perdón por la reacción que tuvo.

-Creo que deberíamos de hacerle un funeral.- Dijo Dio mientras se limpia la boca con una servilleta.

-Tienes razón, le prepararemos un funeral lo antes posible.

Y así, esa misma tarde, el cadáver de Danny fue entregado y enterrado en el patio de la mansión. Todo el personal estuvo presente para despedir a aquel perro, incluso Erina asistió, quien de manera dulce reconfortaba a Jonathan y este, por mucho que intentó no llorar sus ojos se llenaron de lágrimas rápidamente. Al verlo, Dio le intentó confortar también dándole palmadas en la espalda, el peliazul al ver lo que intentaba se lanzó a sus brazos y sorprendió al contrario, pero no hizo nada para apartarle.

-Jojo me vas a ensuciar la camisa....

-Perdon...

Después de media hora en el que los Joestars, Dio y Erina daba un pequeño discurso improvisado (que no fue para nada del agrado de Dio) el personal volvió a sus quehaceres, George a su despacho, Erina a su casa y los dos muchachos cada uno a su habitación.

enamorando a un Joestar (JonaDio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora