Akane cerró la puerta de la clase de 3-A. Las clases habían acabado hace horas, pero ella le pidió al profesor que la dejara estudiar por su cuenta. Al ser una de las mejores alumnas de su generación, su tutor no tuvo ningún problema en dejarle la llave para que cerrara con tal de entregarla después en la sala de profesores.
Debería ser uno de los días más felices de su vida, cumplía dieciocho años, la edad para ir pensando en su futuro y empezar a actuar como la adulta legal que ya era. Sin embargo, tenía ganas de llorar. Conocía a sus compañeros desde hacía tres años y ninguno parecía haberse acordado de su cumpleaños, solo su familia la había felicitado y dejándole la promesa de que cuando volviera a casa el fin de semana lo celebrarían como se merece.
Esa fue su única consolación.
Le dolía que sus amigos no se hubiesen acordado, pero lo que más le había pinchado en el pecho era que su novio tampoco lo había hecho. Bakugou y ella empezaron a salir en su segundo año en la academia. La extraña relación de rivalidad que tuvieron al principio en su primer año se convirtió en una amistad y acabó evolucionando en profundos sentimientos por parte de los dos. Bakugou había sido el que dio el primer paso, dándole un beso delante de la puerta de la residencia de estudiantes y ella soltando su mochila y correspondiendo lo que llevaba un tiempo deseando hacer.
Por eso le dolía tanto.
Tampoco su mejor amiga, Mina, la había felicitado, lo que era raro, ya que su mejor amiga se acordaba de los cumpleaños de Sero, Denki, Kirishima y Bakugou. Suponía que no estaban tan unidas como pensaba.
Con los hombros caídos por la depresión que la inundaba, fue hasta la sala de profesores donde solo se encontraba Midnight. La profesora, al verla en ese estado mientras entregaba la llave de clase, no pudo evitar preocuparse.
-Nakamura, no tienes buena cara, ¿necesitas ir a la enfermería?
-No, estoy perfectamente- contestó consiguiendo poner una sonrisa en su cara, pero la profesora no se dejaba engañar.
-A mí no me engañas, cariño, tienes los ojos rojos e hinchados y has entrado arrastrando la mochila.- Akane no se había dado cuenta de lo último-. Me ha dicho un pajarito que hoy es tu cumpleaños. Felicidades, tesoro, los dieciocho nunca se olvidan.
La mujer le acarició la cabeza con ternura y eso consiguió aliviarla y relajarla un poco.
-Gracias, profesora- le agradeció.
-¿Tienes algún plan para celebrarlo? Es viernes, deberías aprovechar.
-No, no pensé en nada.
-El día aun no ha acabado, seguro que se te ocurre algo para hacer con tus amigos o tu familia.
Akane intentó no llorar con esas palabras, se aguantó las lágrimas con fuerza.
-Puede que haga algo, gracias por el consejo.
-De nada, tesoro. Ahora, ve, disfruta de tu día.
Con una reverencia de despedida, cerró la puerta de la sala de profesores y se dirigió a la salida de la academia para ir a la residencia.
No se molestó en ir deprisa, no la tenía. Seguramente acabaría echada en su cama poniéndose al día con una serie y comiendo un montón de comida basura que horrorizaría a su madre. Por suerte para ella, su entrenamiento la mantenía en forma, se podía permitir comer lo que le diera la gana en su día especial.
Detuvo el paso frente a la puerta de la residencia. Reinaba el silencio y las luces estaban apagadas. ¿No había nadie? ¿Habían salido todos y ella no enteró? Ese pensamiento acabó por destrozarla y las lágrimas comenzaron a salir, pero se obligó a seguir y abrir la puerta. Lo haría ella sola y al día siguiente se iría con su familia para celebrarlo.
ESTÁS LEYENDO
One-shots BNHA (Dabi, Bakugou, Hawks)
Короткий рассказPequeñas historias de mis personajes favoritos de BNHA. Un poco de todo. Sé que os va a gustar.