Akane colocó el último libro en la estantería de su habitación y puso la maleta debajo de la cama, dando por terminada la instalación unos días antes de que empezara el nuevo y último año de universidad. Se tiró sobre la cama, estirando los miembros como si fuera un gato y suspiró.
Tenía muchas ganas de ver a los amigos, pero sobre todo tenía ganas de ver a alguien en particular. No pudo dejar de pensar en él en todo el verano, había pasado una noche increíble con él y Dabi, pero fue Keigo quien se quedó en su cabeza desde entonces. Esos tres meses de descanso fueron una tortura, se habían dado los teléfonos, pero no pudieron hablar nada y fueron demasiadas noches pensando en él y deseando que sus dedos fueran los de Keigo.
Apretó los muslos con solo pensar en tenerle entre ellos otra vez.
Akane se incorporó y miró la hora. Aún era pronto para cenar, podría ir a la encantadora cafetería que había cerca del campus y tomar uno de sus deliciosos cafés acompañado de sus riquísimas galletas de chocolate. Se le hizo la boca agua.
Se puso la chaqueta y salió de su habitación.
En diez minutos ya estaba sonando la campanilla de la entrada del local. No hay mucha gente y consiguió una mesa junto a uno de los ventanales, el atardecer dejaba entrar una luz rojiza que parecía magia.
Unos segundos después de sentarse, la carta con el menú apareció delante de sus ojos. Fue a dar las gracias con una sonrisa, pero se le trabó la voz al azar la mirada y ver quien la estaba atendiendo.
-Que agradable sorpresa- dijo Keigo con una sonrisa ladina.
Akane carraspeó y cogió la carta.
-No sabía que trabajabas aquí.
-Desde principios de verano, después de...- Unos clientes pasaron por detrás de él y tuvo que callar, Akane se sonrojó un poco al darse cuenta de los que hablaba y Keigo observó como ella se ponía nerviosa-, después de nuestra noche juntos. El dinero nunca viene mal.
-Cierto.
Los dos se miraron, las chispas saltaron de nuevo y el recuerdo detallado de aquella noche inundó sus cabezas.
-Te dejo un momento para que decidas- dijo él antes de marcharse a otra mesa y dejarla allí sin saber cómo reaccionar.
No apartó la mirada de él. Con su camiseta y vaqueros debajo del delantal con el logo de la cafetería daba una imagen completamente diferente del chico que pasó la noche con ella hace unos meses. La forma en la que la besaba al mismo tiempo que arremetía contra ella eran un recuerdo único que calentó su cuerpo al instante y se olvidó de lo que quería pedir.
Akane se mordió el labio y bajó la mirada para echarle un vistazo a la carta. Estaba tan distraída imaginando nuevos escenarios en su cabeza que no se percató del regreso del camarero.
-Has tenido que ver algo delicioso para morderte el labio así.
Keigo la sacó de su ensoñación. La miraba con una sonrisa divertida y enarcando una ceja, a lo que ella agitó la cabeza para despertar por completo.
-Tomaré un cappuccino con una de esas galletas de chocolate tan deliciosas que tenéis.
-Por desgracia, no nos quedan esas galletas, pero puedo recomendarte el pastel de chocolate, está muy bueno.
Una pena, tenía muchas ganas de una de aquellas galletas, pero aceptó la alternativa.
-Está bien, tráeme un trozo del pastel.
-Lo que la señorita desee.
Volvió a marcharse con la carta en la mano. Le miró acercarse a la barra, pero apartó la vista rápidamente cuando él se giró un momento a verla y su sonrisa se amplió cuando la vio evitar sus ojos.
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One-shots BNHA (Dabi, Bakugou, Hawks)
Historia CortaPequeñas historias de mis personajes favoritos de BNHA. Un poco de todo. Sé que os va a gustar.