Bakugou (gimnasio, +18)

11.3K 451 195
                                    

En este one-shot se habla del tema de acoso. No es algo con lo que se deba bromear, si conocéis a alguien o lo estáis sufriendo vosotros mismos pedid ayuda, no tengáis miedo alguno.

Akane levantó la vista de las pesas cuando escuchó un fuerte estruendo al otro lado del gimnasio.

No era gran cosa, un pequeño recinto que no tenía muchos clientes, pero sí los de confianza que iban todos los días. Cuando se mudó a aquel barrio una de las primeras cosas que hizo fue encontrar un buen lugar para despejarse y olvidar el mundo exterior durante un rato. Había entrado por la puerta buscando al encargado o al dueño del gimnasio, un hombre ya entrado en edad que se negaba a jubilarse y que llevaba décadas a cargo de aquel "paraíso", como él lo llamaba.

Se había sorprendido al verla en la entrada, era la primera mujer que pisaba aquel sitio en años.

Akane se sorprendió por ello, pero pudo entenderlo. Era un lugar viejo y su estética exterior no daba la bienvenida precisamente, pero tenía algo que ella buscaba: tranquilidad.

Firmó el papel ese mismo día y a la tarde siguiente ya entraba por la puerta con su mochila y su ropa deportiva. Al principio pensó que la mayoría masculina la incomodaría, pero se encontró con una bienvenida y un respeto amables y cálidos. La hicieron sentir como en casa y le pidieron que preguntara lo que quisiera si alguna vez tenía problemas.

La primera semana fue perfectamente.

A partir de ese momento, la tranquilidad fue decayendo.

Cuando se apuntó a aquel gimnasio no esperó en los más mínimo que también fuera lugar de entrenamiento de un héroe profesional, sobre todo del más ruidoso. Katsuki Bakugou, también conocido como Dynamite, frecuentaba su rincón de relajación varios días a la semana. Chocaron miradas en varias ocasiones, pero nunca se dirigieron la palabra, y tampoco hacía falta, cada uno iba por su camino, aunque sus rutinas de ejercicio tuvieran similitudes.

La mayoría de las veces, Bakugou iba al gimnasio a entrenar y enseñar boxeo a los demás. Y no era muy paciente, gritaba demasiado y sus alumnos recibían varias palizas, pero ninguno parecía rendirse.

Akane no soportaba sus gritos, le escuchaba aún con la música puesta en sus auriculares y empezaba a estresarla. Hasta que un día explotó. Puede que Bakugou estuviera enfadado, puede que tuviera un mal día, pero no la detuvo cuando quitando la música y dejando las pesas gritó:

-¡Cierra la maldita boca!

Con esas palabras, el gimnasio quedó en silencio y la gente que había empezado a conocer la miraron sorprendidos. Bakugou la había oído perfectamente. Lentamente se giró en el cuadrilátero hasta que la miró con profundidad, pero Akane no se acobardó, le mantuvo la mirada, cabreada porque la había desconcentrado.

Se quitó los guantes y se bajó del ring con agilidad hasta que lo tuvo frente a ella en pocos pasos.

Akane tragó con fuerza, tratando de no sentirse intimidada por su altura y por los músculos más fuertes que los de ella. Que tuviera puestos solamente unos pantalones de chándal negros tampoco se lo ponía fácil.

Aquel hombre era un bocadito delicioso, eso lo tenía que admitir. Era mucho más grande que ella en todo y eso le ponía muchísimo. Una lástima que su carácter fuera una mierda.

-Repítelo- dijo con voz calmada, pero sus facciones demostraban justo lo contrario.

-¿Estas sordo?, ¿por eso gritas tanto?

Bakugou apretó la mandíbula.

-Si tienes algún problema te invito a marcharte.

Akane apretó los puños.

One-shots BNHA (Dabi, Bakugou, Hawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora