Bakugou estaba que lo llevaban los demonios. Se encontraba con Kirishima en el Gran Comedor para hablar y avanzar con algunos deberes. Su mejor amigo hablaba sin parar del baile que se celebraría en una semana y de su plan para invitar a una de sus compañeras, ninguno de los dos tenía pareja de momento, pero sí tenían la vista en alguien.
No tenía muchas ganas de escuchar su retahíla de palabras, ni mucho menos asistir a aquel estúpido evento; era una pérdida de tiempo en su opinión, por no hablar de que tendría que vestirse de etiqueta y odiaba los trajes.
La puerta del comedor se abrió con sutileza, pero Bakugou la escuchó y miró en aquella dirección, lo que fuera para dejar de oír a Kirishima. Maldijo para sus adentros. Akane Nakamura, alumna de Ravenclaw, escaneó el comedor primero antes de localizar a su grupo de amigos e ir hacia ellos.
A ellos no pareció verlos y él pudo volver a respirar. La observó caminar, con esos andares alegres y sofisticados muy propios de ella y que le hacían mover las caderas de un lado al otro sin querer, al igual que su pelo cayendo en ondas por su espalda y que parecía volar detrás de ella. Akane era de las mejores de su casa y del curso, sin embargo, rompía con los estereotipos de alguien de Ravenclaw.
En aquel momento llevaba la camisa por fuera de la falda, sin su capa y con la corbata holgada colgando de su cuello. Le daba un toque rebelde que podía con el chico de Gryffindor. Bakugou gruñó cuando por fin se sentó al lado de una de sus amigas y dejó de torturarlo.
Kirishima lo miraba con una expresión divertida.
-¿Ella entra en una sala y ya empiezas a sudar?
El comentario de su amigo lo sacó de sus casillas y le lanzó fuego por los ojos.
-Cierra la boca, pelo pincho.
El otro levantó las manos en señal de rendición.
-Deberías pedirle de una vez que vaya al baile contigo.- Bakugou lo miró enarcando las cejas.
-Aplícate el cuento.
Kirishima cerró el libro que estaba ojeando para estirarse como un gato hacia atrás y bostezando.
-Pedirle una cita a alguien es mucho más difícil que todas las lecciones de magia juntas.
Decidió ignorar las quejas y fijo su mirada de nuevo en la figura de la chica, pero no la vio en la mesa. Se había levantado y estaba caminando hacia ellos con una perfecta sonrisa. Él se recompuso en el asiento con rapidez antes de que llegara junto a ellos.
-Hola, chicos.- Los dos contestaron son sus típicos saludos: uno completamente normal y el otro con un gruñido-. Siento molestaros, pero necesito preguntaros algo.
-¿Qué quieres, tonta?
Akane no perdió la sonrisa sabiendo como era el carácter de Bakugou.
-¿Por casualidad sabéis si Shouto tiene pareja para el baile?
En ese momento, Bakugou sintió un doloroso pinchazo en el pecho.
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Faltando pocos días para el vento, Bakugou estaba desesperado. Desde que Akane se acercó a preguntar por el imbécil de Shouto él se paseaba por los pasillos del castillo echando humo por las orejas. Más de lo habitual. Kirishima ya había conseguido su cita para el baile, mientras que él podría considerarse como el resto de fantasmas: vagando por ahí como alma en pena.
Se distraía en todas las clases: en pociones hizo explotar uno de los frascos, en clase de vuelo fue incapaz de mantener el equilibrio, en encantamientos lanzó un hechizo a uno de sus compañeros y durante el entrenamiento de quidditch parecía que la snitch de burlaba de él.
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One-shots BNHA (Dabi, Bakugou, Hawks)
Short StoryPequeñas historias de mis personajes favoritos de BNHA. Un poco de todo. Sé que os va a gustar.