One-shots BNHA (Dabi, Bakugou, Hawks)

Bakugou (a mí me gustan mayores, +18)

En este one-shot se toca un poco el tema de la diferencia de edad en las relaciones, si no estáis cómodos leyendo cosas así, os recomiendo que no lo leáis.

Un saludo.

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El timbre anunció el final de la última clase y el final de otra semana en la academia. Sus dos mejores amigas la engancharon del brazo en cuanto puso un pie fuera del aula.

-¿Algún plan para este fin de semana?- preguntó una de ellas-. Han abierto un nuevo karaoke en Shibuya.

-Olvida el karaoke. Vamos a tener una noche tranquila por una vez. ¿Y si hacemos una fiesta de pijamas en mi casa?- sugirió la otra.

La primera se quejó.

-¿Fiesta de pijamas? Ya no tenemos quince años.

Akane no se metió en aquella discusión. Las acompañó hasta la salida sin soltarlas, hasta que una de ellas quiso incorporarla en su pequeña pelea.

-¿Qué quieres hacer, Akane? ¿Karaoke o un muermo de fin de semana?

Quiso complacer a ambas, pero, por desgracia, ya tenía planes y ellas no formaban parte de ellos.

Tomando el camino que las llevaría a la residencia se detuvieron de golpe cuando escucharon conmoción en la puerta de entrada de la academia. Un buen número de estudiantes, sobre todo chicas, empezaron a rodear a una figura rubia, alta y fuerte que acababa de llegar en moto y se había quitado el casco. La forma en la que se quitó el sudor y echó el pelo hacia atrás parecían sacarle de la típica película de romance adolescente, pero con una diferencia: ella tenía dieciocho años y el veintiocho.

Eso no impidió que ella se sonrojara, incluso cuando sus amigas empezaron a dar saltitos a su lado como fanáticas.

-Dios mío, está aquí, tía- dijo una de ellas agitando a Akane para que despertara de su ensoñación.

-Y ha traído la moto- dijo la otra.

Katsuki Bakugou, más conocido en el mundo como Dynamight y el héroe número dos de Japón, puesto en el casi nunca duraba debido a su rivalidad con Deku, el actual número uno. En ese momento, había cogido el fin de semana para descansar, para ignorar a las fanáticas chillonas y los que le tendían papel y lápiz para dar autógrafos. Akane sabía muy bien que no estaba cómodo en aquella situación, pero apreciaba a los fans que le admiraban a pesar de sus impulsos agresivos y carácter en general.

Acabó de firmar otro papel cuando aquellos ojos escarlatas se fijaron en ella, a pocos metros de distancia. Aquella incomodidad se empezó a convertir en una expresión relajada y sus labios se curvaron hacia arriba en una sonrisa que pocas veces aparecía: real, alegre y enamorada. Una sonrisa solo para ella.

Agarró su casco y el otro que colgaba del manillar, el de ella, el que él le había comprado cuando ya tuvo claro que no habría otra mujer en su vida. Dejó atrás a una multitud pasmada cuando le vieron caminar hacia ella con total seguridad y sin miedo a la opinión ajena. Les había costado luchar por su relación cuando el mundo se enteró y él estuvo a punto de perderlo todo por fijarse en aquel momento en una menor, pero la familia fue una base importante para esa batalla y acabaron ganando la guerra.

Y es que Akane no podía dejar escapar al hombre que a cada paso se acercaba más a ella. Él era tan grande, tan fuerte, tan colosal en comparación a ella que lo encontraba sexy, aquellos vaqueros y la chaqueta de cuero cubrían al hombre que la volvía loca cada vez más. Dejó caer la mochila al suelo y echó a correr hacia él, alcanzándolo en pocos segundos y pegando un salto para rodearle la cintura con las piernas y reclamando su boca en un apasionado beso que llamó la atención de toda la gente a su alrededor. Katsuki la rodeó con sus brazos al instante, abriendo la boca para dejar paso a la de ella, gimiendo al sentir su lengua jugando con la de su chica, sintiendo su pequeño cuerpo rodeando el suyo.