Hawks (parte 2, BDSM, +18)

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Sus muñecas acabaron esposadas a la cabecera de la cama, impidiendo el movimiento de sus brazos, mientras ella le miraba desde los pies, mordiéndose el labio como si estuviese viendo la comida más apetitosa del planeta. Y en cierto modo aquel hombre lo era. Tampoco hizo intento de esconder la sonrisa maliciosa que apareció en su boca al verle moverse impaciente sobre las sábanas.

-¿Cómodo, cariño?- Hawks se revolvió sobre las sábanas mientras gimoteaba e intentaba controlar sus alas inquietas. No recibió ninguna respuesta, así que se arrodilló entre sus piernas y le golpeó en un muslo. Su cuerpo saltó al instante-. Contéstame.

Tragó saliva con fuerza.

-Sí, mami...

-Buen chico.

Inclinó su cuerpo hacia la entrepierna de aquel desastre que gemía sin parar, su boca se paseó por su cintura al mismo tiempo que sus manos subían por sus muslos, sus delgados y fuertes muslos; sopló un poco sobre la punta de la erección y alzó los ojos para ver la reacción de Hawks, y tal y como había previsto gimoteó de nuevo y sus alas volvieron a agitarse. Era tan sensible... Se lo iba a pasar muy bien castigándolo.

Colocó su cuerpo sobre él como si de una serpiente se tratase, rozando cada centímetro de piel y dejando bajar su sexo cubierto con las braguitas de encaje sobre la polla. Ella gimió sobre los labios masculinos cuando aquella carne dura y palpitante hizo fricción sobre su deseoso sexo.

-¿Lo sientes, cariño?- Le besó ligeramente para dejarle con ganas-. ¿Sientes lo mojada que estoy por tu culpa?

Hawks hizo un intento de mover las caderas para mejorar el roce, pero ella apretó las piernas a su alrededor para detenerlo.

-Mami...

-Quiero que te quedes quieto, cariño. No olvides que aún tengo que castigarte.

Tan pronto como la tuvo encima de él, de la misma manera dejó de sentirla.

Ella volvió a coger posición entre las piernas abiertas y besó la punta de su polla antes de rodearla con una mano.

-Ahhhh...- Podría escucharle gemir toda la vida, era imposible que alguien sonara tan sexy y a la vez tan tierno.

Deseosa de verle perder la razón comenzó a mover la mano arriba y abajo sobre su erección, al principio con movimientos lentos, queriendo sentir aquella dura carne que parecía moverse bajo sus dedos cada vez que acariciaba la punta, la estaba roja e hinchada, pero que aguantaba sin derramar absolutamente nada.

Ella sonrió al ver lo bien que aguantaba sin soltar una mínima gota, sabiendo en el fondo que se moría por hacerlo. Quizás quería darle una buena impresión, y lo estaba consiguiendo, aunque los primerizos que había tenido debajo de ella hasta el momento no se habían atrevido a desafiarla por miedo a como llevaba a cabo los castigos. Al parecer Hawks no tenía miedo de ello.

Cogió mejor posición entre sus piernas y añadió la segunda mano, ahora lo envolvía entero y sus movimientos pudieron coger un poco de velocidad, pero no demasiada, después de todo aquello era un castigo.

Hawks podía sentir su cuerpo arder, las manos que le masturbaban emitían pequeños sonidos que hicieron eco en la habitación junto a sus gemidos y a sus intentos de hablar pero que solo acababan en respiraciones agitadas. Escuchó su risa dulce y musical, sabía que le gustaba verle así, hecho un desastre y luchando por no suplicar. No, no podía suplicar, mami se lo había prohibido.

-¿Todo bien, cariño?- Casi podía oír la diversión en su voz.

-Mami... Ohhh, mami...

-¿Sí ¿Quieres pedirme algo?

One-shots BNHA (Dabi, Bakugou, Hawks)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora