Una amistad improbable

31- Final feliz y comienzos felices

Notas de la autora:

No puedo creer que llegue al último capítulo. Santa mierda. Agárrense a sus asientos.

***

No mucho después de que Lan Qiren se fuera, Jiang Cheng estaba en la puerta nuevamente, mirando detrás de él antes de entrar como para asegurarse de que nadie estuviera mirando. Era casi como si hubiera estado observando y esperando que Lan Qiren se fuera, aguardando el momento adecuado para regresar.

Tan pronto como cruzó la puerta, Lan Huan se abalanzó sobre él y lo abrazó con fuerza. Lo besó en la boca, abrazándolo apretadamente, casi desequilibrándolo con la fuerza de su beso. Los ojos de Jiang Cheng se agrandaron, pero sonrió y rodeó la cintura de Lan Huan con los brazos.

-¿De qué trata esto?- preguntó, riendo. -No estuve fuera tanto tiempo.

-A-Cheng,- dijo emocionado, manteniendo sus brazos alrededor de sus hombros. -Tengo que decirte algo. Es una gran noticia. Es mi tio. ¡Él sabe! ¡Él sabe de nosotros!

Jiang Cheng se puso pálido. -Él sabe?! ¿Cómo es posible que eso sea bueno ...?

-¡Pero está bien!- dijo Lan Huan rápidamente. -¡Está bien! ¡No está molesto y no tiene ningún problema con nosotros!

Los ojos de Jiang Cheng se agrandaron. -¿Él ... él no le molesta?

-¡No! ¡Él casi nos dio su bendición! A-Cheng, ¡está completamente de acuerdo con que estemos juntos!

La expresión de Jiang Cheng se suavizó en una sonrisa de sorpresa y suspiró aliviado. -Ese anciano... ¿quién lo hubiera adivinado? Lo subestimé.

-¡A-Cheng!- gritó, sonriendo tan brillante como el sol. Hizo girar a Jiang Cheng en un círculo, riendo, casi tirándolo al suelo.

-Oye,- lo regañó, pero también sonreía.

-¡No lo mantengamos más en secreto!- Lan Huan dijo de repente. Por segunda vez en menos de un minuto, Jiang Cheng estaba completamente aturdido, sus ojos se abrieron nuevamente.

-¿Qué?

-¿Por qué deberíamos?- Lan Huan insistió. -Mi tío lo aprueba, y él fue el que pensé que sería el oponente más fuerte. Jin Ling dijo que estaba de acuerdo con eso, ¿verdad? Y sé que a Wangji no le importará en absoluto. Entonces, realmente, ¿qué razón hay para mantenerlo en secreto?- Él sonrió, sus ojos iluminándose como estrellas. Jiang Cheng sintió que su corazón se derretía al verlo. -No me avergüenzo de esto. No me avergüenzo de ti. No más secretos ni mentiras. Estamos enamorados, ¿a quién le importa lo que piensen los demás?

Los ojos de Jiang Cheng todavía estaban muy abiertos mientras asimilaba sus palabras, dándole vueltas en su mente. Entonces su expresión se transformó en una lenta sonrisa. -Nunca fui muy bueno guardando secretos,- dijo, sonriendo. -O me importa un comino lo que otros piensen de mí.

Lan Huan se rió, su rostro brillaba positivamente. -Una de las muchas cosas que me gustan de ti, A-Cheng.

Él sonrió con suficiencia. -No vengas corriendo a verme si tu reputación de oro es arruinada.

-Del mismo modo, no te enojes conmigo si la gente se burla de ti por eso.- Sonrió, sintiéndose tan feliz que pensó que podría flotar por el suelo.

Jiang Cheng se rió entre dientes, luego su rostro se torció en una mueca repentina. -Oh Dios. Wei Wuxian va a ser una pesadilla cuando se entere.

Lan Huan solo pudo reír, apoyándose contra él. Por supuesto, su hermano sería una de las primeras personas a las que se lo contara, así que, por supuesto, las noticias irían directamente a Wei Wuxian. Contarle a uno era tan bueno como contarle al otro.