Incapaz de pararse, ella miró fijamente las manos en cuestión. Eran duras, fuertes, acostumbradas al trabajo. Las manos de un guerrero. Sí, ella pensó, en las circunstancias adecuadas serían, probablemente, capaces de masajear con una suavidad extrema e interminable ternura... y esa podría ser una de aquellas circunstancias.
Antes de que él pudiera sentir como se ablandaba, sin embargo, plantó sus manos sobre sus caderas y se esforzó en hablar con un tono impertinente.
—El día que te pida que toques mi pelo, ese día te cocinaré una comida de siete platos —lo que quería decir que nunca pasaría. No era su esclava, y además odiaba, odiaba cocinar.
Pero nunca era una palabra tan fuerte. Ella probablemente no cocinaría para él... No, eso tampoco funcionaba. Ella no podía cocinar para él. Maldito, maldito, maldito. Si sólo la tensión sexual entre ellos no generara bastante electricidad como para alumbrar el estado entero de Texas.
Peter inclinó la cabeza, con una ceja oscura arqueada y expresión divertida, como si él, de algún modo, hubiera escuchado su deliberación interna. Las esquinas de su boca se elevaron en aquella sonrisa conocedora que ella comenzaba a despreciar.
—Solo ahora no me pedirás que te toque, Lá. Pero lo harás. Muchas veces.
Su ronco tono sugería que poseía un conocimiento sexual que iba más allá del Kama Sutra. Cuando la mayoría de los hombres hablaban, su voz era comparable a una Enciclopedia Británica o una Revista del Radar. Pero la sensualidad de Peter resonaba como una fuerza primitiva de la naturaleza, y él definitivamente inclinaba la balanza a su favor.
El quid del problema de Lali era que ella no tenía mucha experiencia en relaciones con hombres tan impacientes y tan versados en el sexo. Tal rostro de descarada masculinidad nunca había estado presente en ninguno de los hombres con los que ella había salido. Más bien, su altura intimidante y su reservada actitud se habían encargado de que la mayor parte de los avances se hubieran quedado en el intento.
Sobre todo, simplemente no poseía la belleza dulce y angelical que inspiraba fervor. Lo sabía. Todos los demás lo sabían, pero eso no parecía molestar a Peter. Y tal vez ese era el motivo por el que él la afectaba tanto. El por qué a cada momento que pasaba con él sus convicciones se debilitaban un poco más. Era el primer hombre que alguna vez la había mirado como si fuera un bocado suculento para ser devorado en sabrosos mordiscos.
¿Y si no era capaz de volver a encontrar este tipo de química otra vez? ¿Y si nunca encontraba a un hombre que le hiciera sentirse una mujer, una mujer con necesidades y deseos? Si ella no agarraba a Peter mientras tenía la oportunidad......
¡Espera! Buen Dios, ¿en qué estaba pensando? Él todavía no la había tocado y ella ya estaba a punto de pedirle que la abrazara. Tenía que sofocar este fuego en ciernes que había entre ellos, antes de que las llamas se extendieran y se hiciera imparable.
Hora de empezar "Orientación de Como Pasar la Noche con Lali".
Lali hizo señas para que él se sentara en el sofá. Peter negó con la cabeza.
¿Por qué me sorprendo?
—Por favor, siéntate.
Él lo hizo, sonriendo ampliamente todo el rato.
—Ahora —ella comenzó. —Creo que ya he mencionado lo de las reglas, pero me parece que debo mencionarlo otra vez. Excepto cuando te bañes, debes permanecer vestido, tanto dentro como fuera de esta casa. De otra manera te detendrán y te llevarán a la cárcel por exhibicionismo. —Y una magnífica revelación para el oficial que lo arrestará si éste fuera femenino.
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ESTATUA [ADAPTADA]
FanfictionUn príncipe alienígena maldito en una piedra... una mujer moderna, un beso impulsivo... una pasión que nadie podría resistir...