EL ARTE DE SABER AMAR: PERFECCIÓN - RM

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Namjoon

El viaje de vuelta a casa de Deva se me hace tedioso, y no sé si es porque sé lo que se viene ahora o porque el ambiente del coche es raro. Jana se mantiene en silencio mientras su abuela no deja de parlotear con un Jungkook que parece más dormido que despierto. No es excesivamente tarde, y es cierto que nosotros tendríamos que acostarnos pronto para poder madrugar mañana, pero creo que la fiesta lo ha dejado lo suficientemente fuera de combate como para caer redondo ahora.

Detrás de nosotros Jin está conduciendo el coche que habíamos alquilado. El resto de los chicos van en ese coche, probablemente teniendo un mejor ambiente que aquí.

La tensión se podía cortar con un cuchillo.

Jana mantenía su atención en la carretera. Algo había cambiado desde que se marchó a buscar a la abuela de esa otra chica, pero no estaba seguro de qué era. Cuando volvió simplemente mantuvo la distancia conmigo. En todo momento había alguien que ponía distancia entre nosotros, y por más que lo había intentado ella se las había arreglado para mantenerse a una persona de separación de mí. No me gustaba, por supuesto que no, pero no había sido capaz de acercarme lo suficiente para preguntarle directamente que era lo que había ocurrido.

Ella me había evitado a más no poder.

Algo en mi interior quemaba por eso. La sensación no era para nada agradable y no había podido evitar que el miedo me volviera a dominar. Sentía que no iba a salir bien, que no íbamos a terminar bien, y eso me estaba carcomiendo por dentro. Necesitaba desesperadamente que ella me escuchara, que me comprendiera y entendiera el por qué no decirle la otra parte de mí que la había ocultado.

Nunca lo hice con mala intención.

Nunca lo hice para probar un punto.

No lo hice para aprovecharme de ella de alguna manera.

Y aunque yo sepa que mis intenciones siempre fueron genuinas, ella no lo sabe. Jana había pasado por mucho ya, la habían utilizado, insultado, humillado y rebajado como persona hasta un punto que me hacía hervir la sangre. Solo era pensar en el trato que había recibido durante casi toda su vida y el odio y la rabia se esparcía rápidamente por mi sistema. No concebía como alguien podía tratar de esa forma tan degradante a una persona como ella. No me había hecho falta conocerla mucho para saber que tenía un gran corazón.

Puede ser que eso fuera una de las cosas que me habían hecho acudir tras ella como un perro tras su amo. Bueno, creo que esa no es la metáfora correcta para describirlo, pero aunque intentara explicarlo tampoco creo que lo conseguiría.

Surgió sin más, natural, como el agua que fluye de la montaña. Fue un recorrido placentero, indoloro, y que me permitió conocer en el transcurso a la mujer más increíble del mundo. Cada encuentro, cada salida, cada beso robado...Había sido sin duda lo más cercano al amor que había experimentado en mi vida.

No, no era lo más cercano, era amor.

Porque sí, estaba enamorado de Jana.

Y no me daba miedo admitirlo.

Así que era irremediable, ya no había marcha atrás. Era imposible detener a mi corazón cuando ella estaba cerca. Era imposible dejar de sentir un auténtico caos en mi interior cada vez que la mencionaba o pensaba. Tan solo me dejaba ser, tan puro y real que estaba seguro de no estar equivocado.

Y sé que ella se siente de la misma manera.

Los dos estamos en la misma página.

Pero algo ha cambiado entre nosotros.

Tenía miedo, sería un completo iluso si no lo tuviera. Quisiera negármelo, pero también era imposible hacerlo. La atmósfera entre nosotros había cambiado de forma repentina desde que volvió a la fiesta de nuevo.