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Namjoon
La conversación en la mesa se mantenía viva gracias a la hermana de Jana. Nunca había visto a una persona que supiera mantener el hilo de una conversación tan fluida como ella, a pesar del idioma.

— Entonces, ¿los tres sois de Corea del Sur?— su tenedor nos señaló y una de sus cejas se alzó curiosa.

— Si, de allí somos todos— Seung respondió haciendo que la ceja de la pelirroja bajara.

Era gracioso ver como su ánimo subía o decaía depediendo quien contestara de los tres, y sabía que eso a Seung le estaba llevando por la calle de la amargura.

— Bueno, creo que tendremos que ir a Corea del Sur hermanita— su mirada se desvió hasta la castaña a mi lado, quien había estado sumida demasiado tiempo en el limón de su Coca-Cola — Si todos los tíos de allí son como estos tres quiero ir a por uno, preferentemente con la personalidad de Namjoon, si tengo que aguantar a otro como el imbécil mejor me quedo en casa.

Casi me atraganto de la risa al ver como mi amigo bufaba por lo bajo.

— Oye, ¿te pasa algo conmigo?— la pelirroja dejó el tenedor en su servilleta y cogió su botella de cerveza.

— Sí, mira que no suelo ser rencorosa, pero desde casi tiraste a mi hermana del barco te tengo cierto retintín— Irune empinó su botella de cerveza para dar un largo trago.

Abrí mis ojos tratando de aguantar la risa que quería nacer desde el fondo de mi garganta. Jana levantó su mirada hacia su hermana, y por la forma que la miró sabía que la estaba regañando.

— Wow, menunda bomba que es la española, eh amigo— desvié mi vista hacia el amigo de Seung, Jake, que por lo que tengo entendido está en Dinamarca por trabajo, y habíamos quedado con él aquí solo porque mi amigo había querido aprovechar para saludarlo— Me gusta esta chica...— el pelinegro la miró esperando que ella completara la frase.

— Irune tío, me llamo Irune— ella elevó la cerveza hacia arriba en señal de saludo antes de beber.

— También la puedes llamar la loca o desquiciada, depende en que estado emocional te la encuentres— Seung dio un sorbo a su cerveza y la pelirroja le fulminó con la mirada.

— Habló el gilipollas...— siseó en español, a lo que tanto Jana y mi amigo levantaron la cabeza como resortes.

— ¡Irune!— una sonrisa cruzó mi rostro al escuchar la queja procedente de su voz.

— No entiendo el qué me has llamado ahora, pero deja de insultarme— Jake y yo agrandamos los ojos escondiendo nuestras risas de nuevo. La pelirroja por su parte solo giró su cabeza alzando una de sus cejas antes de mirar a Jana de nuevo.

— Joder, lo que me faltaba, que este ahora me entienda cuando lo insulto— Jana entreabrió sus labios e inclinó su cabeza hacia un lado hacia la pelirroja.

— Irune por favor te lo digo, compórtate— la pelirroja puso los ojos en blanco ante lo que había dicho la castaña.

Nadie en la mesa lo entendió, pero a mi me encantó como sonaba su voz cuando hablaba en su idioma.

¿Le gustaría la mía cuando hable en coreano?

— Bueno, y la otra belleza en la mesa, ¿quién es?— mi mirada se desvió hacia Jake, quien había posado sus ojos en Jana.

No me había gustado como había sonado su tono cuando se había dirigido hacia Jana. Sabía por mi amigo, que él llevaba varios años viviendo en Europa, pero sus raíces eran coreanas, y hablar de ese modo, sin respeto, a cualquier persona no estaba bien visto.

EL ARTE DE SABER AMAR: PERFECCIÓN - RMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora