SeokJin
— ¿Estás seguro de que está cenando?— mis ojos se entrecerraron hacia Jungkook, quien asintió repetidamente de forma rápida— Mira que como nos pille la hemos liado.
El menor negó como si esa opción no fuera remotamente posible.
— Hobi y Jimin le están dando conversación y le tienen entretenido— el menor sacó su teléfono para mirar la hora— Posiblemente tenemos como unos 20 minutos antes de que se quiera levantar.
Asentí conforme y me dejé caer sobre uno de los sillones de la sala de espera del aeropuerto de Hong Kong. Estábamos haciendo una escala de unas horas antes de abordar nuestro siguiente avión. Iríamos unos días a grabar una nueva temporada de Bon Voyage, y esta vez el destino sería Nueva Zelanda.
Era de noche, y hacia apenas una hora escasa que habíamos aterrizado desde Corea. En principio, nuestro vuelo era antes de que saliera el sol, por lo que ya deberíamos haber aterrizado en tierras oceánicas hace unas cuantas horas, pero no contamos con que ciertas fanáticas nos estuvieran esperando en el mismo vuelo para viajar con nosotros.
La agencia tomó medidas de inmediato, por lo que nos cambiaron el vuelo por uno bastante más tarde. Todo un día metidos en un aeropuerto.
— Hyung...— Jungkook me observó mientras se sentaba a mi lado en el sofá de la sala de espera— ¿No crees que no deberíamos hacer esto? Rapmon se va a enfadar mucho si se entera.
Negué con la cabeza, y soltando un suspiro, saqué el teléfono de mi amigo del bolsillo trasero de mi pantalón. La pantalla se iluminó, mostrando una fuente y tras ella un gran edificio blanco. Supongo que esta foto la tomó a lo largo de su estadía por Europa. Puse el código de desbloqueo, el mismo que tiene desde que debutamos, y pasé mi pulgar de lado a lado de la pantalla sin saber que mirar primero.
— Tenemos que hacer esto— estaba tratando de convencerme a mí mismo de que esto era lo correcto. Solo quería ayudar a mi amigo— Tenemos que conseguir pruebas para demostrar que esa chica no es lo que Yoongi tiene en la cabeza que es.
— Pero Namjoon ya dijo que ella no era así, yo simplemente le creo a él y ya está— mis labios se volvieron una fina línea y deslicé mi dedo por la pantalla.
— Y yo también Kookie, yo también le creo. Solo me hizo falta ver como estaba cuando volvió de ese viaje, de verdad que hacia demasiado tiempo que no le veía así de....feliz— el menor asintió y desvió sus ojos al suelo.
— Últimamente pasaba mucho tiempo en su estudio o en su habitación....Sé que está ocupado trabajando pero me preocupaba cuando se encerraba en su habitación a cal y a canto, aunque ahora entiendo que era su espacio de escape— su lengua remojó sus labios y se recostó en el sofá echando su cabeza hacia atrás— Todo cobró sentido cuando la máscara apareció en la estantería, es algo muy especial para él.
Asentí completamente de acuerdo con él.
— Sí...lo es— mis ojos se desviaron hacia el teléfono de nuevo. La pantalla se había oscurecido levemente, pero no dejé que se bloqueara— Por eso debemos conseguir lo que sea para convencer a Yoongi, si todos estamos unidos será mucho más fácil. Además, Seung me contó cosas verdaderamente extraordinarias de esa chica...bueno, más bien de lo que esa chica conseguía sacar de Namjoon, y solo con eso sé que ella no puede ser como Yoongi se empeña en pintarla.
Jungkook me estudió unos segundos. Su mente estaba analizando mis palabras, porque sabía, que aunque él no quisiera, todavía había dudas sobre las palabras de Namjoon en lo referente a esa chica.
— ¿Por donde crees que debemos empezar?— me encogí de hombros mirando el teléfono.
— No tengo ni idea, veamos el registro de llamadas, si quedaron tendrá que tener su número— Jungkook asintió conforme y mi dedo pulsó la aplicación verde con el teléfono dibujado. Había demasiadas llamadas de trabajo, muchas con el manager y otras con su madre y hermana, pero no encontraba lo que estaba buscando.
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EL ARTE DE SABER AMAR: PERFECCIÓN - RM
FanficMis pies habían avanzado el camino de mi vida hasta este punto, donde ya no sabía quién era o qué me gustaba. Siempre en busca de unos estándares que relamente no valían nada, al menos no para mí, no para él. Acogidos bajo los brazos llenos de espin...